La llegada de los refugiados se hará bien. Tarde, pero bien
martes 08 de septiembre de 2015, 21:46h
Más allá del ruido político y de la inconcreción del Gobierno Central sobre el techo de refugiados que está dispuesta a acoger España, da la sensación de que las redes sociales de asistencia serán, a la hora de la verdad, las que se encarguen de que la llegada, la atención y el seguimiento -sea el número que sea- se haga con todas las garantías humanitarias.
Lo demás es escándalo político y ganas de desgastar. Eso y el error del gobierno de Rajoy de querer hacerse una foto que no sirve para nada. No puedes citar a todas las Comunidades Autónomas para no decirles nada. Billetes de avión, tiempo, energías, para una foto y nada más. Y es que uno no puede montar el circo de ayer en Madrid sin haber respondido a la gran pregunta: ¿Cuántos refugiados podrán ser acogidos por España?.
Óbviamente, CCAA como Balears salieron de la reunión indignados porque desconocen los cupos. ¿A qué cifra acogerse? ¿A los 2.000 iniciales' ¿A los 4.000 posteriores? ¿A los 15.000 de los que hablan algunos? Sin esa cifra, ninguna Comunidad Autónoma puede hacerse una idea del esfuerzo que tendrá que hacer en todo este asunto. Hasta ahí, el fallo es del PP. Parece que afronta este asunto con desgana.
Estamos ante una emergencia y la política vuelve a mostrarse como una maquinaria pesada a la que todo la coge a contrapié. En este asunto hay dos "tempos" a los que habrá que estar atentos. El primero, el de los países europeos, que ya llegan tarde a todo. Incluso para fijar los cupos. El segundo, el de la red social de asistencia, que se puede decir que ya está preparada para lo que haga falta en la cantidad que sea necesario.
Lo único bueno es que nada cogerá a la red de asistencia desprevenida. Primero, porque cuando se sepa cuántos refugiados van a venir, los primeros no llegarán al día siguiente. Para entonces lo tendremos todo a punto. Y segundo, que tampoco llegarán todos de golpe. Mejor para nuestra organización.
Y no hay que olvidar un detalle que parece no encontrar los aplausos que merece. Las empresas privadas tan denostadas por algunos por egoístas y avariciosas ya se han ofrecido a ayudar en todo lo que se les pida. Escola Catòlica y Hoteleros ya se están arremangando.