Ya saben que me gustan los mundos de Internet, esos que los puestos en el tema llaman on line, porque te revelan mucho más de los que los responsables de las páginas web o portales informativos quisieran. Estos últimos días sin ir más lejos, desde mi experiencia con “los amigos de Son Espases” me he paseado por el “Portal Ib-Salut”, pensado, al parecer, para ofrecer información y servicios a los ciudadanos a los que les gusta más el ordenador que el teléfono, o que se ven obligados a utilizar el ordenador porque con el teléfono no hay manera. Pues bien a lo que iba, de repente me he topado con una sección que dice “Ib-Salut en directo” y yo, ingenuo de mí, he ido emocionado a ver que es eso que nuestro Servicio de Salud nos ofrece en rigurosísimo directo. ¿Tal vez una conexión con los hospitales o con los centros de salud? ¿Podré ver una intervención? ¿Conocer como evolucionan las listas de espera? Mi gozo en un pozo, porque resulta que se limita a ofrecer a una serie de cifras de actividad del día anterior, eso si las han actualizado y no son de hace una semana. Y digo yo, ¿para qué sirve este apartado? ¿Le importan a alguien estos datos? ¿No puede ponerse otro tipo de información más interesante para el usuario que no marearle con cifras, siempre parciales? Ahí dejo las preguntas, para que los responsables las contesten. Mientras tanto, intento pedir una cita a mi centro de salud y resulta que el sistema no funciona, me da error una y otra vez. Bueno, no pierdo la esperanza, voy a ver si Eva, la asistente virtual, me dice que tengo que hacer, pero resulta que tengo que instalar un programa para tener el placer de conocerla. Me lo pienso, no sé que hacer. ¿Y si me entra un troyano y se acaban mis paseos por la red y con ellos El Paciente Observador? Que gran duda. Mejor espero a otra ocasión. Decido pasar del ordenador y utilizar el teléfono. La señorita que me atiende me dice que no hay nada, ni un minuto libre hasta dentro de cuatro días para ver a mi médico de cabecera. ¿Cuatro días? Me parece que pasaré de la cita y me plantaré en urgencias. Lo siento Doctora de Guardia pero no es mi culpa, es que no me dan la posibilidad de ir antes. Será que hay muchos enfermos o tal vez que falten médicos. Ahora, y para seguir observando mientras me atienden, me voy de forma real, que no virtual, a mi centro de salud, donde al parecer, y por lo que leo mientras espero, todo es tan maravilloso que soy un paciente privilegiado y afortunado por disfrutar de esta sanidad. Así que agacho la cabeza, entono el mea culpa y me arrepiento de haber dudado de la capacidad de nuestros políticos, de nuestro conseller y de nuestro President. Es todo tan bonito que no tengo derecho a quejarme, incluso me siento culpable por estar enfermo y ocasionar un gasto más a nuestro Govern. Así que después de sentirme cada vez peor por haber enfermado y consumir recursos, he decidido no quitarme las gafas y seguir leyendo para no salir de esta realidad, que ahora sí que es virtual.
