Es el sueño de cualquier escritor: crear la novela perfecta con sus altas dosis de intriga, conspiraciones, asesinatos, la mafia… Las revelaciones de Wikileaks que estos días conmocionan al mundo, constituyen la obra perfecta que ya quisieran para sí Ken Follett o el mismísimo Stieg Larsson. Hay de todo: espías que vigilan a diplomáticos, a presidentes del Gobierno y hasta a la ONU, abusos, corrupción en las más altas esferas y todo orquestado por los servicios de inteligencia de una superpotencia mundial como EE UU. Si se le puede poner alguna pega a esta magna obra es que le falta una historia de amor. No me digan que no sería bonito descubrir, por ejemplo, que la dura Condoleezza Rice, se moría por los huesos de su entrenador personal, pero que este, casado y con dos niños, no podía corresponderla. Ahora bien, teniendo en cuenta que desde de Wikileaks advierten de que tienen documentos de sobra –aseguran que tienen para publicar uno cada hora durante 28 años- puede que dentro de unos meses nos sorprendan con una historia al más puro estilo de Danielle Steel. Y por si el libro no tiene suficientes alicientes, la trama, que sigue viva, genera a su vez otras subtramas. Así tenemos a un soldado raso americano acusado de alta traición a su país esperando un consejo de guerra, o a un periodista más buscado que Bin Laden, acusado de no se sabe muy bien qué delitos. Típica estrategia de los poderosos: para que se olviden del mensaje se ataca al mensajero. Por su puesto que hay capítulos más flojos que otros. Por ejemplo no aporta nada nuevo que nos presenten a Vladimir Putin como autoritario y machista, o a Esperanza Aguirre como una mujer superambiciosa o Silvio Berlusconi como un latin lover cuyas fiesta-orgías califican de salvajes. El desenlace de esta novela por capítulos se conocerá en los próximos meses o quizá no, porque hay quien dice que tienen en su poder documentos sobre asuntos muy fuertes para los que la sociedad actual no está preparada. Así que, si Wikileaks así lo decide, seguiremos viviendo en la ignorancia.
