Para quienes utilicen habitualmente el transporte público no habrá pasado desapercibido el hecho de que ahora hay que esperar más hasta que llega el autobús. La EMT ha reducido frecuencias para ahorrar pero aún así hay líneas que no se llenan. Es más, es bastante habitual ver vehículos con menos de diez usuarios. ¿Esto es rentable? Evidentemente, no y así lo atestigua un informe de la empresa municipal que señala por ejemplo que las líneas 13 y 34 suponen un gran coste para la EMT, al que le saldría más barato pagar un taxi a los pocos viajeros que la usan que mantener el servicio. Y yo me pregunto ¿cómo es posible que hayamos llegado a este punto? ¿En base a qué estudio, encuesta o informe se pusieron en marcha estas líneas? ¿Es que nadie cuantificó el número de usuarios que iban a tener y trató de averiguar si iban a ser viables? Ahora no queda más remedio que meter mano e intentar racionalizar este desmadre, reordenando las líneas y eliminando las que tienen pocos viajeros para evitar la ruina de esta empresa pública.
