La DGT enreda con el bus-VAO

La negativa de la Dirección General de Tráfico de eliminar el carril bus-VAO en Palma y mantenerlo sólo en horas punta no hace más que añadir confusión y alimentar una controversia que ya debería estar resuelta. El director general de la DGT, Pere Navarro, remitió este miércoles una carta al Departamento de Territorio, Movilidad e Infraestructuras del Consell de Mallorca en la que le anunciaba que a mediados de enero emitirá una resolución sobre la propuesta de la institución insular para eliminar el citado carril. En la misiva, Navarro adelantaba que la DGT mantendrá el carril activo en la hora punta de la mañana, tras lo que podrá ser empleado por todo tipo de vehículos.

Esta resolución a medias resulta insuficiente y no soluciona el problema de los accesos a Palma por la autopista del aeropuerto, especialmente grave en las horas punta. La solución apuntada por la DGT seguirá sin resolver los atascos de la hora punta y miles de conductores continuarán sufriendo la congestión viaria en uno de los principales accesos a la capital.

Por otro lado, la limitación del uso del bus-VAO en determinadas horas alimentará la confusión entre los conductores, lo que puede dar como resultado un notable riesgo de ser objeto de sanciones o, incluso, provocar accidentes causados por las inevitables distracciones que la nueva fórmula puede ocasionar.

La decisión de la DGT -que implica un tozudo rechazo de las pretensiones que tenía el nuevo Consell de Mallorca, presidido por Llorenç Galmés- no hace más que enredar la madeja. Esta solución a medias contradice el objetivo de mejorar la movilidad y reduce el beneficio esperado para los usuarios, no contribuirá a agilizar el tráfico en la zona, pero sobre todo, va en contra de la voluntad mayoritaria de los residentes.

Que la DGT insista en mantener el bus-VAO, aunque sea en esta nueva versión, refleja una falta de sintonía entre las políticas viales decididas desde Madrid y las necesidades reales de nuestra comunidad. El erróneo enfoque que defiende Pere Navarro ni aborda los problemas de tráfico de manera efectiva ni se ajusta a los intereses y expectativas de los miles de conductores que no tienen otra alternativa de transporte que su propio vehículo.