Alguien dijo que la depresión es una palabra débil para una enfermedad tan importante. Es una enfermedad más allá de la tristeza y más grande que el pesar y puede afectar a cualquiera. El cerebro es una intrincada red de billones de neuronas. Para que pueda cumplir cualquiera de sus infinitas funciones, estas neuronas tienen que comunicarse entre sí de algún modo. Lo hacen a través de los neurotransmisores. La depresión es una enfermedad biológica del cerebro, aunque también hay que valorar factores genéticos, psicológicos y psicosociales. La depresión es una enfermedad del estado de ánimo que impacta al enfermo y a su familia de forma muy dramática. Una madre deprimida se irrita mucho con sus hijos, está menos disponible para ellos y encima se siente culpable por no sentirse mejor o no poder hacer las cosas cotidianas. Las mujeres la padecen más que los hombres. Esta diferencia puede deberse a causas neurohormonales así como psicosociales.
Está claro que el paro y la crisis psicosocial con los lacerantes desahucios ha aumentado los cuadros depresivos. Muchos pacientes no reconocen que están deprimidos y a veces hay dificultades para diagnosticarla porque utiliza máscaras o tarjetas de presentación que la camuflan, entre ellas: la fatiga, el estrés, los dolores, la ansiedad, la pérdida de memoria en los ancianos, los trastornos conductuales en los adolescentes y las somatizaciones digestivas, dermatológicas y cardiorrespiratorias. Acompaña con mucha frecuencia al dolor crónico, diabetes y enfermedades crónicas discapacitantes. En el hombre es muy frecuente la depresión tras infartos cardíacos y cerebrales.
La depresión es el reto de salud mental predominante en las personas en edad laboral y más de 30 millones de ciudadanos europeos la padecerán en algún momento de su vida. Solamente quien ha padecido una depresión sabe lo mal que se pasa y el intenso sufrimiento que esta enfermedad conlleva. La encuesta IDEA (realizada en Europa en el 2011) calcula que los costes de la depresión es de 92.000 millones al año en concepto pérdida de la productividad en concepto de absentismo por IT y de presentismo (estar en el curro a pesar de estar enfermo). El número medio de días por baja laboral es de 36 días, con Alemania y Bretaña a la cabeza (41 días) e Italia la mas baja 23 días. Los síntomas cognitivos (dificultades de concentración, memoria, indecisión, inseguridad en las decisiones) y la tristeza están presentes en le 94% de los pacientes.
El enfermo quiere pero no puede. El objetivo es controlar totalmente la depresión y en muchos pacientes intentar prevenir la recaída, lo que lleva a tomar la terapia antidepresiva durante varios años. ¿Por qué son tan frecuentes las recaídas? pPorque actualmente tratamos el episodio que provoca una disfunción neurobiológica en circuitos del cerebro, pero no tratamos la vulnerabilidad genética ni la predisposición a tener depresión. Porque muchas depresiones responden pero no remiten en su totalidad, porque se abandona prematuramente el tratamiento antidepresivo eficaz, porque no podemos controlar variables que precipitan la depresión: la influencia estacional y los estresores psicosociales, porque no realizamos adecuadamente la prevención de recaídas y que exige muchas veces tomar antidepresivos durante tiempo indefinido, porque hay patología psiquiátrica comorbida no tratada (alcoholismo, abuso de tóxicos, trastorno bipolar, trastornos de la personalidad etc...), porque minusvaloramos el tratamiento combinado integrado (psicofármacos y tratamiento psicoterapéutico validado), porque muchas veces porque el paciente tiene una mala adherencia terapéutica por efectos secundarios y probablemente porque todavía desconocemos mecanismos cerebrales implicados en la génesis de la depresión.
La familia se siente desconcertada, impotente, no sabe qué hacer y cómo reaccionar. La convivencia con un familiar depresivo es una de las travesías más duras y más estresantes que pueda haber. La adaptación depende mucho de su evolución y de la resiliencia familiar. Es difícil soportar y manejar los sentimientos de ambivalencia hacia el familiar deprimido, sobre todo si la depresión es larga. Toda una serie de caleidoscopio emocional nos atrapa, nos funde y nos confunde: impotencia, rabia, culpa, resentimiento y a veces la temible desesperanza.
A veces se dan consejos con buena intención pero que hunden en la miseria al pariente deprimido. Muchos planean viajes, salidas y fiestas ante las cuales el paciente deprimido no solo no mejora sino que se siente peor. La anhedonia depresiva (placer anulado) coge también el avión. Algunos apelan a su fuerza de voluntad lo que evidentemente genera sentimientos de incomprensión resentimiento y culpabilidad en el afectado/a. La depresión es tratable y 8 de cada 10 personas mejoran y pueden volver a llevar una vida normal.
La depresión no tratada puede aumentar el riesgo de otros problemas de salud. Hay tratamiento para la mayoría de la gente que lucha con la depresión. Los fármacos antidepresivos tardan 2 semanas en hacer efecto, son muy eficaces y no crean dependencia. También es muy útil, de forma complementaria la psicoterapia. Nunca se avergüence ni pida perdón por padecer la peor experiencia emocional que un ser humano puede tener ya afecta a la totalidad de la vida psíquica: impregna negativamente el pasado, el presente y el futuro y es la enfermedad con más alto riego de conductas autodestructivas. Afortunadamente una alta proporción es reversible y transitoria. Usted esta mal pero volverá a estar bien.
Conviene interrogarse por:
¿Por qué el eco-palma-tasazo del Govern?
¿Si la Palmafilia arrasa porque Palma genera anticuerpos en el actual Govern de personalidad múltiple?
¿Cómo se explica la catatonia del Ayuntamiento de personalidad múltiple palmesano ante el eco-palma-tasazo del Govern amigo?
¿Por qué no se ha priorizado desde el minuto cero la rehabilitación de Son Dureta sociosanitario, (faltan 500 camas sociosanitarias) que es la clave para manejar la saturación que estamos soportando en nuestras urgencias año tras año?
Felicidades al compromiso, actitud, responsabilidad y actuación de todos nuestros profesionales de los servicios de urgencias hospitalarias y extrahospitalarias, ante la saturación de pacientes de este ultimo mes. Felicidades por como han mantenido su calidad y calidez asistencial a pesar del desgaste y del estado al que han estado sometidos.
Recuerden aún, aquí y ahora que estamos en derrota transitoria pero nunca en doma.