La culpa, las preocupaciones y la autoayuda

Uno de los sentimientos que embargan y machacan a los enfermos deprimidos, en pleno masoquismo autodestructivo, es el asfixiante y depredador sentimiento de culpa que atormenta como un parasito incansable a su mente. La mente deprimida solo elige del pasado los acontecimientos y vivencias negativas. El juicio es sumarísimo, no hay abogado defensor y la condena es perpetua.

La autocrítica y los auto reproches son constantes y los “debería” totalizan todos los pensamientos. No cabe el consuelo de nadie ni de nada. El resentimiento se eterniza y se interioriza dolorosamente. Es como una deuda eterna.

Es como un deudor que no acabara nunca de pagar y de un acreedor que no acabara nunca de agotar los intereses de la deuda. Afortunadamente cuando la depresión se controla se extingue ese inútil sufrimiento. Solo desde la omnipotencia humana se puede aspirar a ser perfectos. Si admitiéramos que la tribu humana no mea colonia, no defeca perlas y por lo tanto cometemos errores la vida sería más fácil, real y racional.Por otra parte estarán de acuerdo conmigo que una magnifica táctica vital es decidir ocuparse y no pre-ocuparse.

La preocupación es una tarea mental heroica y estéril, no siendo la solución para ningún problema real. Conlleva gran gasto de energía psíquica y la subjetividad cognitiva distorsiona la objetividad. Cuando estamos preocupados no vemos lo obvio y somos incapaces de racionalizar, privándonos a nosotros mismos de una buena herramienta mental para soportar la adversidad. Hay que cuidar con las pre-suposiciones que literalmente nos conducen a inventar las cosas con nuestra imaginación. Cuando la realidad aparece, la burbuja de nuestra fantasía estalla y de repente la descubrimos. La realidad siempre es un buen negocio y los deseos hay que adaptarlos a la realidad y no viceversa. Otro gallo nos cantaría si los líderes políticos lo practicaran.

La mente humana se lo monta lo mejor posible y que puede para adaptarse de la forma mas adecuada a la realidad. Ahora bien tenemos momentos de perplejidad, de asombro ante la vida, de interrupciones de la vida; buscamos motivaciones para vivir, para luchar, para esperar, para encontrar unas metas, una guía o una directriz en la vida. Solo desde un darse cuenta interno y en el encuentro con los demás se va haciendo el camino. Solo desde la aceptación de los límites, desde el compromiso y desde la responsabilidad es posible construir la vida. Como decía Machado “caminante no hay camino se hace camino al andar” .No hay respuestas solo hay opciones. La existencia no tiene meta es simplemente un viaje.

Recuerden en derrota transitoria pero nunca en doma.

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