Según el escrito de Fiscalía, la banda, que estaba formada por más personas que no han podido ser encontradas, se dedicaba al menos desde mayo a julio de 2017 a la venta de drogas, aprovechando el verano.
Tal como indica la acusación, estaban organizados para eludir la acción policial, evitar ser descubiertos, captar clientes y almacenar las sustancias para poder suministrarlas en cualquier momento.
Por esto, el Miniserio Fiscal les imputa un delito contra la salud pública y otro de organización criminal. Pide a cada uno de los acusados una pena de cinco años de prisión y una multa de 27.000 euros.