El Ministerio Fiscal sitúa los hechos en julio de 2011, cuando "con ánimo de venganza" tras formalizar la compraventa de su vivienda, prendió fuego a la planta baja mientras su esposa estaba durmiendo en el interior.
De este modo, colocó dos bombonas de gas en el salón y roció con gasolina las alfombras y el suelo de la vivienda.
A continuación, según la Fiscalía, encendió el fuego y se metió en la cama con su mujer, quien con las primeras llamas se despertó y salió huyendo entre el humo.
Como consecuencia de estos hechos, el inmueble sufrió desperfectos tasados en 41.828 euros.
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