186 jóvenes de entre 14 y 24 años han sido atendidos a lo largo de 2021 por Projecte Jove en Baleares a causa de sus problemas de adicción. O lo que es lo mismo: un chico o una chica ha ingresado en uno de los programas de Projecte Home cada dos días, una cifra claramente preocupante.
Cannabis, pastillas, alcohol, juego... El abanico de sustancias y hábitos adictivos es amplio. Según un estudio reciente del Departamento de Psicología de la Universidad de les Illes Balears -en el que participaron más de 1.500 universitarios- un 6,7 por ciento de los encuestados utiliza cannabis de forma habitual, el 52,8 por cien indica que ha consumido alcohol habitualmente durante el último mes y en un promedio de dos ocasiones ha estado implicado en un patrón de uso de alcohol por atracón o intensivo (5 o más unidades de alcohol en 2 horas). Además, el 14 por ciento ha practicado el juego de apuestas en el último año y el 49 por ciento de los jóvenes refieren implicación en videojuegos.
Según dicho informe, existen diferentes variables psicológicas que incrementan el riesgo de implicarse en una adicción, como el estado emocional (ansiedad y estrés) y la capacidad para regular las emociones negativas. Así pues, las personas con más riesgo de implicarse en una conducta adictiva se caracterizan por el alto valor que conceden al uso de sustancias y la implicación en el juego incluso por encima de otras actividades que pueden resultar agradables o positivas para la mayor parte de la población general.
Lo prueban, repiten, vuelven a repetir, caen y se precipitan a un espacio psicológico, emocional y social del que es difícil salir. Los especialistas de Projecte Home -y su vertiente para jóvenes, Projecte Jove- lo ven a diario, con jóvenes atrapados y familias destrozadas a causa de las adicciones.
La madre de una de las chicas atendidas explica cómo la relación con su hija se fue deteriorando progresiva e inexorablemente porque durante muchos años "ha estado basada en la mentira y la desconfianza". Su testimonio es el de una mujer que llega a Projecte Jove "cansada emocionalmente, con un sentimiento de impotencia y de culpabilidad enormes".
En función de la situación del joven -familia estable o desestructurada, recursos económicos o falta de ellos...- se le incluye en uno de los tres programas existentes: el del centro de día de Son Morro, el del programa ambulatorio conocido como 'jat, justo a tiempo' o aquel desplegado en un piso de Projecte Home destinado a aquellos usuarios que temporalmente no disponen de una vivienda.
Una labor encomiable ante un problema de primer orden que, desgraciadamente, pasa desapercibido y apenas se cuela en el debate de la opinión pública en buena medida por la aceptación social que existe hacia las "drogas blandas".
La realidad evidencia que no hay drogas blandas o duras porque todas ellas generan adicción, es decir, todas son droga. Desde el porro hasta el juego online. Otra cuestión es la rapidez de la degradación física, psíquica y emocional del individuo, pero lo que es incuestionable es que todas generan una espiral de problemas que van más allá de lo individual.
Aquel famoso "yo controlo" es una frase que muy pocos pueden sostener con el paso del tiempo. No todas las personas disponen de los mismos recursos y redes emocionales y sociales para hacer frente a una sustancia o un hábito adictivo. Por ello, convendría que todos, desde las instituciones hasta la sociedad civil, prestásemos más atención al inmenso problema de las adicciones entre jóvenes, una realidad cercana, que llega a todos y cada uno de los barrios -da igual el estrato social- y cuyos estigmas deben ser combatidos con visibilización y recursos.