Hay situaciones en la Justicia que no acabaré de entender. El ex dirigente de UM Miquel Angel Flaquer acudió el jueves a declarar por el ingreso de 1,2 millones de la Conselleria de Turisme en una cuenta de Banif. El supuesto delito de Flaquer es que acudió a una comida en la que los directivos de Banif explicaron a Francesc Buils, conseller de Turisme que decidió el ingreso del dinero, las ventajas de hacer dicha aportación económica en dicha entidad bancaria. Flaquer fue llamado a dicha comida ya que es un experto en temas económicos y, además, amigo de Buils. La jueza que instruye el caso cree que pudo haber irregularidades ya que dicha cuenta no generó intereses bancarios. A punto para iniciar juicio oral, Flaquer ha explicado que él solo estuvo en la comida y que no tomó ninguna decisión, simplemente, porque no tenía ningún cargo en la Consellería de Turisme. No entenderé cómo alguien que no tenía ninguna responsabilidad política puede acabar imputado judicialmente, ni tampoco cómo la jueza que instruye el caso lo pueda imputar y, previsiblemente, sentarle en el banquillo. Lo extraño es que no acaben imputados los camareros que sirvieron la comida o todos los comensales que ocupaban la mesa de al lado. Se ha llegado a una situación en la Justicia que costará bastante que la gente quiera dedicarse a la política. Luego pasa lo que pasa y la Audiencia Provincial o el Tribunal Supremo tiene que rectificar a los jueces de instrucción.
