Ibiza ha arrebatado a Mallorca todo el protagonismo. Lidera el crecimiento balear del PIB, le ha robado la cartera a Mallorca en el campo de las presentaciones mundiales (coches, ropa, productos), su fama de destino de lujo y de juerga llega más lejos que la nuestra, y las inversiones en mejora de establecimientos turísticos también van a la cabeza. Van a saco.
Visto todo esto, a más de uno le ha venido a la cabeza la tentación de "Ibicear" Mallorca. O sea, llenar la isla de Beach Clubs, de terrazas balinesas y, por supuesto, disparar los precios. Los primeros que lo hicieron ya han descubierto que aquí esto funciona en casos muy contados y muy especiales.
En una entrevista reciente a mallorcadiario.com, Gabriel Escarrer dijo bien claro que "Ibicear Mallorca no es la solución". No lo es y ya hay quien ha visto cómo captar turismo de lujo, de mucho lujo, sin necesidad de ad-libizarnos.
Essentially Mallorca es la opción presentada hace unos días por la federación Hotelera de Mallorca. Los hoteleros no piensan renunciar al turismo de masas de sol y playa, es la gallina de los huevos de oro. sin embargo, han visto que el turista que busca lujo necesita aquí lo contrario del que va a Ibiza a exhibir magnum de Don Perignon, tatuaje y chicas con cuerpos que marean.
Es igual de rico y gasta quizás lo mismo en su estancia el turista de altísimo estanding que busca mallorca. pero, ¿Por qué viene aquí y no va a ibiza?. La palabra clave es la discreción. Se beben el mismo número de botellas, se gastan un dineral en los restaurantes, la fiesta quizás prefieran hacerlas discretamente en el barco, y, seguramente, vendrán a Mallorca más de una vez al año.
No podemos ni queremos ser Ibiza. Eso sí, queremos ir un par de veces al año al jolgorio. Pero aquí los hay que han visto que es mejor reinventar Mallorca desde la discreción como gancho de venta.
La época de exhibirse cerca del rey ha pasado de moda.