La selección española sub-21 certificó su clasificación para el Europeo de Eslovaquia 2025 tras imponerse este martes por 0-1 a Hungría, en un encuentro en el que los de Santi Denia encontraron premio a su paciencia con un disparo desde la frontal del área del barralet Robert Navarro a los veinte minutos de juego.
Fue la fórmula con la que el conjunto español logró derribar la auténtica muralla que el equipo magiar levantó, sin ningún tipo de remordimiento, delante de su área con la presencia de dos líneas de cinco hombres. Nada nuevo para la selección española que ya se ha acostumbrado a enfrentarse a rivales que se limitan a refugiarse en su propio campo en espera de poder sorprender a la 'rojita' en alguna que otra contra.
Una circunstancia que llevó a los de Santi Denia, como ya ocurrió el pasado viernes ante Escocia en Edimburgo o en el choque de ida ante el equipo húngaro disputado el pasado mes de noviembre en Huelva, a monopolizar la posesión del balón. De hecho, por momentos el choque se convirtió en un eterno rondo en el que los de Santi Denia llevaron el balón de lado a lado en busca de resquicio en la poblada defensa magiar que pasó minutos y minutos persiguiendo el balón.
Un dominio absoluto que España no logró traducir en claras ocasiones de gol, pero sí en un sinfín de saques de esquina, que acabaron por otorgar premio al conjunto español a los veinte minutos de juego. Y es que al séptimo córner llegó la vencida, un saque de esquina botado por Pablo Torre que llegó a la frontal del área desde donde Robert Navarro, la única novedad en el once inicial con respecto al equipo que se impuso por 1-2 a Escocia, batió al portero magiar con remate potente y colocado.
Un gol que pareció abrir definitivamente la lata para el equipo español. Nada más lejos de la realidad, ya que el conjunto local lejos de buscar la igualada se refugió todavía más en su campo para impedir que España ampliase su ventaja en el marcador. Conservador planteamiento que se le atragantó al equipo español que pese a mover y mover a la defensa magiar no lo hizo con la velocidad necesaria para acabar de derribar en la primera mitad el muro húngaro.
Más huecos encontró la selección española en la segunda parte en la que Hungría, a diferencia de lo ocurrido en los primeros cuarenta y cinco minutos se atrevió a traspasar la medular. Una circunstancia que permitió a los de Santi Denia gozar de dos claras ocasiones en las botas de Robert Navarro y de Pablo Torre, que obligó a lucirse al guardameta húngaro Krisztian Hegyi a los cincuenta y nueve minutos con un disparo desde la frontal del área.