No hay libertad en el Siglo XXI
domingo 20 de julio de 2014, 09:29h
Corren malos tiempos para ser un libre pensador, como antaño volvemos a vivir en la era de la represión ya que sin prohibir directamente lo que se dice o piensa uno, se hace de manera encubierta o ladina. La consecuencia de ello, es bien conocida, no se puede ser libre en las palabras, hechos y pensamientos.
Toda la sociedad esta furiosa, crispada, acalorada e insatisfecha, lo cual además es agudizado por estos calores veraniegos. Hemos vuelto a la sociedad de la moral judeo-cristiana más purista haciendo hincapié constante sobre el dar ejemplo y ser insobornable, en una postura integrista radical digna de quienes en un país tan progresista como éste se critica tanto. Sin embargo, no debemos olvidar que esto se hace en la misma sociedad que ha disfrutado de la burbuja económica gastando y viviendo a cuerpo de rey, sin importarle a nadie el ejemplo de otros hasta que llegó el sistema, primero en su versión bancaria, luego política y ahora judicial, para poner patas arriba todo el estado de confort que se pensaba se tenía, que estaba consolidado y que duraría para siempre.
Hay que reconocer que los de Podemos con su utopía política hacen campanillas a los oídos menos leídos, porque el resto del politiqueo es incapaz de sacar adelante un gesto de incentivo que permita recuperar la fe y la ilusión, sólo los borregos que chupan del bote o los que no tienen más remedio que hacerlo porque sino pierden su trabajo, como, los apesebrados, dicen amén a las indignidades que depara la política y los políticos actuales.
Que decir tiene que el circo mediático judicial que vive la sociedad actual no hace sino avivar esta crispación que el día menos pensado, se nos puede escapar de las manos, como alguna otra vez ya ha ocurrido en este país. Además también ha provocado que la propia sociedad rechace todas las noticias a no ser que provengan del individuo o lobby interesado.
Toda esta construcción que empezó con un fin muy claro y que se escapó de las manos a los propios autores hasta un punto que puede llegar a ser peligrosa ya que se esta utilizando el poderoso aparato formado por todo el engranaje que rodea los juzgados, institución que se ha vuelto omnipresente en las noticias de este país al ser la fuente de la represión del momento actual.
Sí, la represión y el callar por miedo se esta convirtiendo actualmente en la manera de vivir del siglo XXI, antes se decía quien calla otorga. Pues no, hoy ya no es así, quien calla es porque no le queda más remedio.
Los sistemas actuales (político, bancario y judicial) están creados para que nada cambie, todo siga igual, pero comienza a haber algunas mentes que se rebelan en contra del actual sistema y su entramado.
La represión seguirá un tiempo más con nosotros, señoras y señores, pero ello no impedirá que, con el tiempo, se cuente todo y se explique a los que nos seguirán en este mundo como fue la era de la represión vivida en el siglo XXI.
Ya pasó con Robespierre y su Comité de la Salud Pública durante la Revolución Francesa y volverá a pasar, la historia es cíclica, por tanto no les quepa la menor duda.