En este contexto de cumplidos y parabienes, vaya también desde aquí mi más sincera felicitación a la líder popular isleña. En mi caso, con un susurrante y sincopado Happy birthday, missis president, aunque este humilde cronista no sea Marilyn Monroe, ni Marga Prohens sea John Fitzgerald Kennedy, ni nos encontremos en los años sesenta.
En realidad, el ambiente que se respiraba en el interior del Trui Teatre parecía retrotaernos más bien a los años ochenta, esencialmente por una serie de pequeños detalles que se han podido observar a lo largo de la velada. Debe de ser verdad que, más pronto o más tarde, todo vuelve.
Quizás por ello, la primera canción que se ha podido escuchar antes del inicio del mitin ha sido Nochentera, en la excelente y discotequera versión de Vicco. Otro detalle que ha llamado también mi atención ha sido que, poco después, las decenas de candidatos y candidatas que se encontraban sobre el escenario han empezado a hacer la ola, como en su momento vimos hacer por vez primera en los estadios en el ya lejano Mundial de México de 1986.
Sí, todo vuelve. Vuelven los políticos con cazadora mitinera, como la que portaba esta tarde en Palma el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y vuelven también los eslóganes en los que aparece la palabra "cambio". En 1982, esa palabra mágica la utilizaban los socialistas, con el deseo de que Felipe González llegase a La Moncloa, como así sucedió. En 2023, esa misma palabra la utilizan los populares isleños, con la esperanza de que Prohens pueda llegar al Consolat de Mar este próximo 28-M.
Aún faltan tres días para saber si finalmente será así o no, pero, como mínimo, Prohens ha conseguido ya al menos la vuelta del hijo pródigo del PP balear, es decir, la de Antoni Pastor, que hoy se encontraba sentado en una de las primeras filas del Trui Teatre. Tras su breve paso por El PI años atrás, Pastor ha decidido volver ahora de nuevo a casa, aunque de momento sólo sea como espectador y como votante.
Precisamente, para que el PP tenga opciones reales de volver a gobernar en Cort, en el Consell y en el Govern tras ocho años de oposición, necesita la vuelta no sólo de Pastor, sino también la de miles de votantes más. Así lo han recordado Prohens y Feijóo ante las 1.327 personas que han llenado el teatro.
La exactitud de dicha cifra no obedece a que este cronista tenga posibles poderes extrasensoriales mitineros o a que haya contado a todas esas personas una a una, sino a que en la entrada había un cartel indicando que ese es el aforo máximo permitido en este espacio.
En cambio, no les puedo confirmar cuál ha sido la versión del himno del PP que ha sonado cuando han entrado en el auditorio Prohens y Feijóo, acompañados por el candidato a la Alcaldía de Palma, Jaime Martínez, y por el candidato al Consell de Mallorca, Llorenç Galmés. Ya saben ustedes que además de la versión 'normal' existen también, entre otras, una versión 'fiesta', una versión 'rock', una 'merengue latino' e incluso una denominada 'libertad'.
Sea cual sea la versión que al final se haya utilizado hoy, su efecto ha sido sin duda catalizador. Como en los viejos buenos tiempos, ha habido justo entonces centenares de banderas azules al viento, acompañadas de banderas de España y de Baleares, mientras se oían gritos de "¡presidente, presidente!", "¡alcalde, alcalde!" y, por primera vez, "¡presidenta, presidenta!". Esos gritos parecían sonar, además, con mucha mayor convicción que en los lejanos mítines de 2015 y de 2019.
Por haber, ha habido también incluso un momento plenamente marianista. Ha sido cuando en un momento determinado Feijóo ha hecho referencia a La Palma, para hablar de la capital balear. Aun así, en defensa del actual líder nacional del PP hay que decir que se ha referido varias veces más a Palma correctamente -ya sin el artículo determinado- y que este miércoles ha estado en Madrid, Zaragoza, Barcelona, Palma y Valencia. Cualquiera no se lía con tanto trajín electoral.
En las intervenciones de Feijóo, Prohens, Galmés y Martínez no han faltado las críticas a Pedro Sánchez, a Francina Armengol, al Partido Socialista y al Pacte, tamizadas, afortunadamente, con momentos de fina ironía gallega y mallorquina.
Así, Feijóo se ha referido, por ejemplo, a la controversia generada en torno al número total de personas que acudieron al mitin que dio Sánchez hace una semana en Ciutat. "Hay que reconocer que el milagro de los panes y los peces todavía existe aquí en Palma", ha dicho. Por su parte, Prohens ha afirmado que "aquí tenemos la mala suerte de tener a la presidenta más sanchista de todos".
Paralelamente, Prohens, Martínez y Galmés se han esforzado en lanzar mensajes en positivo y en practicar el bilingüismo cordial que desde hace varios años defienden los populares isleños. "Hablas un mallorquín precioso", le ha llegado a decir Feijóo a Galmés tras su intervención.
El discurso más largo de todos ha sido, con diferencia, el de Prohens, que entre sus innegables méritos y virtudes como persona y política no cuenta, ay, con el don de la brevedad. En cualquier caso, hay que entender también que esta tarde ha hablado en modo 'estoy casi segura de que voy a ser la próxima presidenta'.
En un momento dado, la líder popular isleña ha recordado que su programa electoral cuenta con un total de 500 propuestas, aunque por fortuna -para ustedes como lectores y para mí como cronista- no las ha llegado a enumerar todas, sino sólo las principales. Me he alegrado tanto, que he estado casi a punto de felicitarla por segunda vez.
"Os pido que el domingo por la mañana nos levantemos con ganas, con ilusión, con una sonrisa, que se nos note que somos la gente del cambio", ha enfatizado Prohens al final de su alocución, para concluir, entre aclamaciones: "¡El domingo vuelve el Partido Popular!".
Debe de ser verdad que, más pronto o más tarde, todo vuelve.
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