Hacienda investiga la industria del calzado
sábado 14 de junio de 2014, 13:29h
La Agencia Tributaria ha entrado de lleno en la industria del calzado, incluida Balears, para descubrir dobles contabilidades y facturaciones en negro, que podrían suponer el 30% de su facturación real. Es evidente que la lucha contra la economía sumergida ha de ser uno de los objetivos fundamentales de Hacienda.
Nadie discute que la bolsa de fraude es muy grande. También resulta incuestionable que en tiempos de crisis como los actuales estas actividades florecen como modo de subsistencia en muchas ocasiones. Sólo así se entiende que España haya podido salir adelante durante años con un 25% de paro oficial sin que se produjese una explosión social.
Pero cuando esta economía irregular florece, por encima de los muchos espabilados que hacen su agosto se pone más en riesgo el estado del bienestar. Sin los impuestos suficientes no se pueden mantener ni la educación, ni la sanidad ni los servicios sociales imprescindibles. Ls bolsas sumergidas aparentemente benefician a los más débiles, que pueden conseguir con mayor facilidad algún dinero a corto plazo. Pero a la larga les perjudica a ellos y a sus descendientes.
En el caso del calzado la relación entre producción y economía sumergida es endémica, se remonta a muchísimas décadas atrás. Este sector tiene la ventaja de que cualquier domicilio se puede convertir en una pequeña fábrica fuera de control. No hay humo, no hay ruido, el producto que se consigue es a menudo de altísima calidad y tiene salida en el mercado. Es comprensible que la Agencia Tributaria se esfuerce por detectar este fraude y devolver la legalidad a estos segmentos parcialmente oscuros. Mas también debe hacerlo desde la sensibilidad y la consciencia de que no pocas familias pueden quedarse sin su único modo de subsistencia. Acabar con la econonomía sumergida requiere tiempo, tacto y saber distinguir cada caso concreto hasta conseguir la victoria final de alcanzar una sociedad dispuesta a no vivir de espaldas a la ley.