Hay estudios que no cambiarán el mundo tras sus conclusiones, pero que en el día a día pueden ser de mucha utilidad para mucha gente.
Así uno de estos estudios ha concluido que hacer la cama es malo para la salud. Ni más ni menos.
Y es que los odiados ácaros, aquellos seres microscópicos que nos rodean por todas partes, tienden a morir o alejarse en ambientes ventilados. Bajo este principio no debe sorprender la conclusión del mencionado estudio: hacer la cama es malo para la salud .
Sin que esto signifique que se debe instaurar la ley de la leonera, la verdad es que la tesis de la británica Universidad de Kingston se debe tener en cuenta. Los ácaros hacen la vida imposible a los asmáticos y el sueño difícil para la mayoría. La idea es que no hacer la cama favorecería la muerte de los seres microscópicos, ya que se reducirían los niveles de humedad entre las sábanas. Los ácaros dependen en gran parte de la humedad, y también del sudor que emanaba mientras dormimos. Por esta razón, no hacer la cama y dejar que las sábanas se ventilen al aire libre favorece la deshidratación y posterior muerte en masa de la comunidad microscópica.
Stephen Pretlove, el principal autor de este peculiar estudio, asegura que con este hallazgo se podría ahorrar una importante cantidad de dinero en enfermedades asmáticas o similares. Los ácaros del polvo hacen menos de 0,3 milímetros, están emparentados con las arañas (artrópodos) que habitan en casi todos los lugares del mundo y prefieren las zonas de clima templado y humedad relativamente alta. Sus lugares favoritos para vivir son colchones, almohadas, peluches y alfombras en zonas de luz escasa. El sudor de la nuca y la saliva favorecen la reproducción de las diversas especies de ácaros que durante sus 20 días de vida se dedican especialmente a defecar, lo que genera más problemas respiratorios a los que viven con ellos. Las escamas de piel humana y de animal son sus manjares favoritos. Cuando la humedad del aire baja del 40% -50%, los ácaros mueren.
