Pitos y aplausos en el episodio que ha sacudido Mallorca esta semana a partir de la suspensión -y luego confirmación- de la marcha popular 'Des Güell a Lluc a Peu'. La medalla de oro es sin duda para el presidente del Consell, Miquel Enseñat, quien cogió al vuelo la suspensión para aparecer como gran salvador del evento. Y lo es. El Consell de Mallorca pondrá el dinero previsto y acarreará con las pérdidas, si éstas se producen.
La medalla de oro de Enseñat debe ser compartida con el PP del Consell. Mauricio Rovira advirtió enseguida en mallorcadiario.com que el Consell está asumiendo riesgos y funciones que pueden sobrepasar sus funciones. Primero por el coste de la ayuda para la 'salvación' y después porque, efectivamente, la Administración no puede sustituir a la iniciativa privada en la organización de eventos. Medalla para Mauricio Rovira.
Llega la hora de los pitos. La agotada y poco imaginativa organización del 'Des Güell a Lluc a Peu' lleva varios años ganándose a pulso una creciente mala fama de la que ya no se puede despegar. Sólo les faltaba el enorme fracaso de este año. Inútiles en la previsión, malos negociadores y comerciales, y torpes en las relaciones con los medios de comunicación.
Son muchas décadas de creerse que la marca de Tolo Güell se vende sola. Las inscripciones son cada año más caras y el número de participantes va a menos. Y no lo ven. Este es uno de aquellos eventos de arraigo que debe alimentarse durante los doce meses. Sólo cuando faltaban semanas sacaban la chequera y se acercaban a los medios. A determinados medios. Viendo que no conseguían la promoción necesaria, el último día y deprisa y corriendo, se entregaban al resto de agentes para que la sociedad mallorquina se enterara. Suspenso absoluto. Y este año, "cero patatero".
Mientras, el Govern sigue mirando hacia otro lado al tiempo que silba disimulando. La ciudadanía debería saber que entre los muchos patrocinadores que este año han dado la espalda al 'Güell' está el Govern, que ha retirado los 6.000 euros que aportaba de subvención cada año. A cada uno, lo suyo.
dicho todo esto, 'Des Güell a Lluc a Peu' debe aprovechar el hecho de haber tocado fondo para plantearse una modernización de todo lo que tiene que ver con la prueba. Una cosa es tradición y otra 'ñoñería'.