Globo sonda
martes 03 de junio de 2014, 18:14h
La verdad, no nos engañemos, un servidor no entiende nada de política; tengo, eso sí, muy buenos contactos con la “casta” y de ahí que me atreva a explicar una conjetura bien contrastada.
Todo este sidral que se ha montado con el tema de la abdicación de la Corona no tiene fundamento alguno. En realidad –según me cuentan fuentes fidedignas- eso no ha sido más que un simple globo sonda que se les ha ido de las manos. La historia es más sencilla: los poderes del Estado, fácticos o no, estaban interesados en saber, de primera mano, qué reacción surgiría del pueblo español, en caso de que el Rey dejara su reinado en beneficio de su querido hijo Felipe. Con este noble objetivo, a los politólogos de turno se les ocurrió la brillante idea de provocar un supuesto que más tarde, al cabo de unas horas, se desmentiría prudentemente desde las instancias correspondientes; altas, las instancias. Incluso estaba prevista la dimisión del responsable de comunicación de La Zarzuela, previo pacto bancario.
Nadie previó que, una vez lanzado el mensaje, habría dificultades en su detención. La técnica pasaba por emular a Jordi Évole con su programa televisivo sobre el 23F. Pero, ¡ay!, las televisiones y toda la “mediática” nacional se lanzaron a paralizar todo lo previamente programado y dar crédito a tamaña bola. Efecto alud. Reportajes, tertulias, entrevistas y montajes varios. Inmediatamente, manifestaciones y concentraciones en apoyo a la próxima República, la tercera si me cuadran los cálculos.
Según las informaciones fiables de que dispongo, este pollo llegará a su fin en un par de días, antes del próximo domingo, cuando por la Castellana desfilen las tropas (cabra incluida) y la presidencia del acto la ostente el propio Juan Carlos, con la ausencia destacable del Príncipe de Asturias, de viaje a Kuala Lumpur: seis meses de visita oficial. Con Leticia.
Puede que yo sea el único en relatar la verdad de los hechos, pero no por esto, mi versión –insisto, basada en criterios y afirmaciones de altos cargos- será desautorizada.
En cualquier caso, mi deber como comentarista político era explicitarlo a los lectores de mallorcadiario.com.
Me quedo satisfecho profesionalmente.