Gamberrada infame

El episodio esperpéntico del contenedor de material biológico etiquetado con la palabra Ébola que apareció en el zaguán de un edificio de Palma, es un ejemplo del nivel de degradación intelectual al que está llegando nuestra sociedad.

Es lógico que la aparición de una pretendida muestra de material biológico aparentemente contaminada con un virus mortífero genere preocupación y temor entre los ciudadanos y autoridades. No hay que olvidar que la última epidemia de Ébola en África Occidental provocó alrededor de catorce mil muertos y que en estos mismos momentos se está produciendo un nuevo brote en el Congo, que ya ha causado varias decenas de fallecidos y dista mucho de estar controlada.

Los análisis realizados en el Centro Nacional de Microbiología de Madrid han demostrado que no había virus Ébola y que ni siquiera era una muestra biológica, sino una especie de gel, lo que apuntaría claramente en el sentido de que se trate de una especie de broma pesada, de gamberrada.

Es inaceptable que a algún mentecato, o algunos, se le haya ocurrido la necedad de pensar que semejante gansada podría tener la menor gracia. Quien, o quienes, haya sido tiene ciertos conocimientos biológicos, o se ha molestado en asesorarse, ya que en el bote que contenía la supuesta muestra contaminada se había escrito: “Filoviridae, Ébola, Virus ARN”, y el ébolavirus (los ébolavirus para ser exactos, ya que se conocen cinco) es en efecto un virus con ARN y pertenece a la familia Filoviridae.

Uno de los pocos aspectos positivos, sino el único, de este asunto es que el protocolo de seguridad establecido en estos casos ha funcionado correctamente, según las noticias aparecidas en los medios de comunicación. La policía local, alertada por la vecina que realizó el hallazgo lo comunicó a sanidad y funcionarios debidamente equipados con trajes protectores retiraron el contenedor, que fue trasladado en condiciones de máxima seguridad al hospital Son Espases, donde se almacenó en el servicio de microbiología a ochenta grados bajo cero y de ahí se trasladó en un avión especial a Madrid para su posterior análisis. El vestíbulo del edificio donde apareció el bote también fue adecuadamente desinfectado.

La bromita, por tanto, ha costado un montón de dinero, derivado de la movilización de efectivos humanos y recursos necesarios de acuerdo con los protocolos de seguridad, aparte de la preocupación y la alarma social y el problema de imagen que podría haber provocado para Mallorca, cuando se está iniciando la nueva temporada turística.

Esperemos que la policía consiga encontrar al autor o autores y la fiscalía les lleve ante los tribunales y solicite para ellos penas severas dentro del tipo penal que se considere adecuado, aunque sin llegar al exceso tan frecuente en estos tiempos, en que se recurre a tipos penales gravísimos con excesiva facilidad. Por supuesto que, como mínimo, deberían pagar los costes de todo el dispositivo que se ha desplegado para la retirada, transporte y análisis de la supuesta muestra biológica y también se les debería aplicar una multa ejemplar.

Hace ya algún tiempo que se vienen produciendo episodios de similar mal gusto y desmesura en actuaciones que en origen pretendían ser bromas o inocentadas. En general, reflejan una extendida falta de conciencia social y un fallo generalizado de nuestro sistema educativo, que es obvio que no está siendo capaz de educar en los valores de convivencia, tolerancia y respeto al bien común. Y no son sino un síntoma, uno de muchos, de la decadencia intelectual y moral de nuestra sociedad.

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias