Aunque sea por un escaso margen, la encuesta de mallorcadiario.com se ha mostrado favorable a que el exconseller de Turisme Jaime Martínez dirija el Partido Popular en detrimento de Biel Company. A pesar de saber que este tipo de encuestas en el fondo lo que nos dicen es el perfil de los lectores que han participado en la votación, tengo que confesar que el resultado me ha supuesto una pequeña sorpresa.
Biel Company representa el Partido Popular más regionalista que vino a bien a crear otro Biel, Gabriel Cañellas, con unas bases tan sólidas que se necesitaron décadas para producir un giro electoral que echara a los conservadores del Consolat de Mar. Paradójicamente, Cañellas no es uno de los resortes de Company.
Este PP de carácter mallorquín es el que se sintió incómodo con la deriva forastera -que no españolista- de José Ramon Bauzá, porque no de otra manera se explica la debacle electoral de 2015. Muchos han achacado este resultado al enojo producido a la comunidad educativa (y es verdad que la manifestación del 29S de 2013 fue formidable) pero cabe recordar que no se trata de un colectivo tendente a votar a los populares. Parece más bien, que los 20 escaños del PP se debieron al desencanto de los simpatizantes de perfil más moderado y mallorquinista, esos precisamente, que formaron la sólida base de la Alianza Popular de Cañellas.
Es por ello, que parece que lo más sensato para el PP sería propiciar un retorno al partido que hasta mediados de los 90 aplastaba a los contrincantes en las urnas. Sin embargo, los movimientos observados este último año nos muestran un camino dubitativo. El nombramiento de figuras como Sabastià Sagreras y Llorenç Galmés parecía indicar que el PP mallorquín se volvía a asentar, pero junto con ello se produjo la renuncia de Mateu Isern, uno de los emblemas de este sector, y las renuncias siempre suelen esconder luchas intestinas.
El travesía del Partido Popular hacia 2019 se antoja de todo menos un camino de rosas.