El fallecimiento del expresidente de Baleares, Francesc Antich, a los 66 años, víctima del cáncer, ha dejado una profunda huella en la sociedad balear. Su temprana partida ha sido amplia y merecidamente lamentada por instituciones, partidos políticos, entidades sociales y ciudadanía en general, también por quienes fueron sus rivales políticos, lo que da buena idea del respeto y la admiración que se ganó a lo largo de su dilatada trayectoria pública.
Nacido en Caracas en 1958, Xisco Antich regresó a Mallorca en su infancia, donde cimentó una carrera política prolongada, ocupando cargos representativos en todos los ámbitos de la Administración, desde el Ayuntamiento de Algaida, el Consell de Mallorca, el Parlament balear, el Congreso de los Diputados y el Senado.
Durante dos mandatos logró cohesionar un Ejecutivo de coalición donde había socialistas (PSIB), comunistas (EU), ecosoberanistas (PSM), ecologistas (Verds) y también a nacionalistas de centro derecha (UM)
Su capacidad para tender puentes entre fuerzas políticas dispares le permitió liderar el Govern balear en dos ocasiones no consecutivas: de 1999 a 2003, con el primer Pacto de Progreso, siendo el primer presidente de Baleares de izquierdas; y de 2007 a 2011. Durante esos dos mandatos logró cohesionar un Ejecutivo de coalición donde había socialistas (PSIB), comunistas (EU), ecosoberanistas (PSM), ecologistas (Verds) y también nacionalistas de centro derecha (UM), lo cual no era nada fácil. En gran parte fue gracias a su carácter abierto y a su capacidad para llegar a acuerdos.
En reconocimiento a su legado como servidor público, el Govern balear decretó dos días de luto oficial, que terminan al mediodía de este domingo día 5, durante los cuales se han sucedido múltiples homenajes que destacan su contribución al desarrollo y bienestar de las islas. La capilla ardiente, instalada en el Consolat de Mar, recibió el viernes a numerosos ciudadanos y personalidades que quisieron rendirle un último tributo.
Francesc Antich deja una impronta imborrable en la historia reciente de Baleares. Su talante conciliador, su capacidad de negociación y su vocación de servicio público perdurarán como ejemplo para las generaciones futuras. Descanse en paz.