El expresidente del Govern Jaume Matas ha llegado
minutos antes de las 16.00 horas a la Audiencia Provincial de Baleares, donde numerosos cámaras y periodistas aguardaban su llegada. Tras descender del vehículo que le ha conducido hasta las dependencias judiciales, el exalto cargo ha eludido hacer declaraciones a los medios de comunicación y, cabizbajo, ha accedido al edificio donde a las 16.20 horas ha comenzado a ser juzgado por segunda vez .
El fiscal anticorrupción Pedro Horrach ha afirmado durante su exposición que en la última legislatura del exmandatario del PP (2003-2007) los representantes políticos eran
"semidioses que se olvidaron de lo que era servir a los ciudadanos y se olvidaron de su condición para obtener lo que querían"."Elegantes coches atascaban las calles de Palma, había actos oficiales continuos, nuestros representantes estaban rodeados de séquitos de pieles y se construyeron grandes infraestructuras: el metro (probablemente el más deficitario del mundo) y el velódromo Palma Arena, pesadilla para los actuales gobernantes", ha manifestado Horrach, quien ha recriminado cómo en el caso de Matas, éste desplegó "poder, influencias y contactos" para lograr "lo que quería. "Es decir, lo de siempre".
Por otra partae, la Fiscalía ha propuesto a tres exconsellers, los de Turismo,
Joan Flaquer; Presidencia y Deportes,
Rosa Puig, y Salud,
Aina Castillo, como nuevos
testigos.Tanto Flaquer como Puig y Castillo han acudido esta mañana a la sede del tribunal y, una vez comience el juicio, el presidente del Tribunal del Jurado, el magistrado Juan Jiménez, decidirá si son aceptados para testificar en el juicio.
A las diez en punto ha comenzado la selección de los nueve miembros del Tribunal del Jurado y dos suplentes que juzgarán a Matas en este caso en el que está acusado por la contratación de su esposa en un hotel, del que cobró 42.111 euros en 2007 pese a no prestar ningún servicio, según la Fiscalía.
Matas, ya condenado en firme a nueve meses de cárcel por tráfico de influencias en la primera pieza juzgada del caso Palma Arena, tendrá que rebatir la acusación de que reclamó al empresario hotelero Miquel Ramis 3.000 euros mensuales como regalo a finales de 2006, lo que para el fiscal anticorrupción Pedro Horrach constituye un delito de cohecho.
El expresidente aún no ha llegado a la Audiencia de Palma, donde previsiblemente acudirá cuando su abogado, Miquel Arbona, le avise de que ha finalizado la selección del jurado.
El ministerio público pide para Matas una condena de multa de 100 euros diarios durante tres meses (9.000 euros) y la devolución de la cantidad que su esposa cobró por su contrato como relaciones públicas del hotel Valparaíso de Palma, cuando ni siquiera pasó nunca por la sede de la empresa que le pagaba, según la acusación.
En la vista ante el tribunal del jurado por esta pieza separada del Palma Arena,
la número seis, declararán el acusado, su esposa, el empresario y más de veinte testigos.