La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se ha quejado de que se están filtrado informaciones para perjudicarla a ella y a dirigentes del PP. Dice Barberá que es habitual que los políticos reciban obsequios, lo que es discutible, pero la primera edil de Valencia tiene razón en que las filtraciones están rompiendo las más mínimas reglas de convivencia de un estado de derecho. Barberá ya ha sido condenada... La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se ha quejado de que se están filtrado informaciones para perjudicarla a ella y a dirigentes del PP. Dice Barberá que es habitual que los políticos reciban obsequios, lo que es discutible, pero la primera edil de Valencia tiene razón en que las filtraciones están rompiendo las más mínimas reglas de convivencia de un estado de derecho. Barberá ya ha sido condenada por recibir, al parecer, un costoso bolso de los implicados en el ‘caso Gurkel’. Lo demás no importa. La policía dice que este tipo de noticias las filtra la Fiscalía, que se ha convertido en el gran brazo armado del Gobierno de Zapatero. En Baleares estamos ya muy acostumbrados a este tipo de cosas. Filtraciones de lo que son meras investigaciones sin confirmar son el pan de cada día en nuestra Comunitat. La culpa no es de los periodistas, pero sí de aquellos que filtran informaciones de manera irresponsable. Por eso convendría iniciar una investigación seria y saber qué está pasando, quién filtra las noticias y cuál es el motivo de esta cascada de informaciones que sólo apuntan en una dirección y que hacen un daño irreparable a sus protagonistas. Por el bien del Estado de Derecho, los ciudadanos tienen derecho a saber qué busca la Fiscalía.
