Ha sido un fin de semana movidito en cuanto a España, españolismos y espasmos patrióticos varios. En Madrid el “trifachito” pinchó con la manifestación en favor de una España monocolor y más propia de tiempos pasados. A pesar de contratar autobuses a cascoporro para que la gente de provincias se trasladase a Madrid “by the face” los señoros de la derecha llegaron a convocar a unas 50.000 personas que no son moco de pavo pero la cifra queda bastante alejada de las expectativas de la organización y aunque fuesen 100.000 seguiría siendo un fracaso.Teniendo en cuenta que a la manifestación del 8-M fueron unas 170.000 personas y a la marcha del Orgullo unas 700.000 pues la verdad que lo del domingo se quedó en poca cosa. Mientras PP y Ciudadanos sintieron el olor del fracaso los de VOX salieron triunfantes de una manifestación en la que ellos fueron los que marcaron el paso e hicieron que los otros dos partidos asumiesen como propias las tesis más radicales de la ultraderecha y cuando llegue el día de las elecciones la España más oscura y siniestra preferirá votar al original que no a las dos malas copias. PP y Ciudadanos le pagaron la manifestación a Abascal, son los “pagafachas”. Es curioso que un partido anticonstitucionalista sea el beneficiado de todo este teatro porque no olvidemos que la intención de VOX es dinamitar la Constitución y acabar con el tan cacareado consenso del 78.
Lo chocante es que toda esa gente que salió a la calle que en su mayoría eran curritos, jubilados y estudiantes sean capaces de salir a la calle para manifestarse en contra de las autonomías y de la mano de la peor derecha y en cambio se quedaron en casa cuando lo de la reforma laboral, los recortes en sanidad y educación o cuando el PP les mantuvo congeladas las pensiones todos estos años. Somos un país de pandereta cutre cuando sólo somos patriotas de boquilla capaces de movilizarnos por banderitas varias y en cambio nos quedamos en casa resignados y satisfechos cuando juegan con nuestra dignidad, nuestra salud y nuestros bolsillos. La derecha más populista y retrógrada está vendiendo humo y haciendo promesas que jamás podrá cumplir envueltas en falso patriotismo y aprovechándose del desespero e ignorancia de la población. Lo peor es que han salido a la calle bajo falsos argumentos y con la única intención de ganar en la calle lo que no pueden ganar democráticamente en el Parlamento. España no es Venezuela y lo de sacar a la gente a la calle para así meter presión al Gobierno y que Pedro Sánchez dimita es poco probable, los únicos que pueden forzar la convocatoria de elecciones son los barones del PSOE que a día de hoy son los peores enemigos del “sanchismo”.
En vez de proponer soluciones la derecha del “trifachito” lo que hace es buscar enemigos comunes en los catalanes, los inmigrantes, las feministas o el colectivo LGTBI. Sirva de ejemplo cuando Pablo Casado esta semana pasada relacionó el problema de las pensiones con el aborto y dijo que para pagar las pensiones es necesario que nazcan más hijos y se restrinja el derecho a abortar obviando que el problema de las pensiones se puede solucionar mucho más fácilmente permitiendo la llegada de más inmigrantes para cubrir las vacantes de trabajo que no pueden esperar a que los recién nacidos cumplan la edad para poder trabajar ¿O a lo mejor es que en el PP piensan bajar la edad laboral a los diez años? Por no hablar del bochornoso ridículo de Ciudadanos llevando banderas gays y trans a la manifestación del odio junto a los ultras para así hacer lo que se llama un “pinkwashing” y así salir ellos con una imagen de tolerantes de postureo máximo. Y otro día si eso hablamos del ridículo pasodoble que se marcó Company con una compañera de partido en mitad de la plaza de Colón. Que tiempos aquellos en que Company era regionalista y moderado…¡Una pena!
Por otra parte este sábado una vez más el Auditorium de Palma sirvió de escenario para que la ultra derecha expusiera sus ideas en un mitin electoral en el que una 1500 personas se volcaron en contra del catalán, de la inmigración y de la ideología de género. ¡Todo muy triste y preocupante!