Vamos ya por la cuarta semana de confinamiento y esto va para largo. Sin ánimo de ser agorero, algo que debemos de empezar a tener claro es que el 2020 va a ser un año casi perdido económicamente hablando. El objetivo va a ser intentar pasar estos meses como se pueda y empezar a planear todo lo que va a venir después de esta catástrofe. El hecho de tocar fondo como nunca antes habíamos hecho nos da la oportunidad de reinventarnos e intentar construir una sociedad bastante mejor de la que hemos erigido hasta ahora. Por descontado que después de esto va a ser el momento de fortalecer y dotar de muchos más medios a la Sanidad y a la Educación públicas, y es que, por fin, incluso los más liberales han descubierto las carencias de este sistema nuestro. Nunca más podemos dejar la salud o la educación en manos del libre mercado o a merced de los recortes del gobierno de turno.
Es hora de empezar a plantearse seriamente una 'renta mínima garantizada' para todas aquellas personas que esta crisis y la de 2008 hayan dejado fuera del sistema. No nos podemos permitir como sociedad civilizada y moderna que somos dejar en la cuneta a aquella gente que el mercado laboral no pueda absorber. Debemos proteger a los más débiles, a las personas vulnerables, e incluso a los que no han cotizado, como pueden ser las asistentas del hogar o las prostitutas. Esta vez hay que hacer las cosas de manera completamente opuesta a como se hizo con Zapatero y Rajoy de presidentes del Gobierno. Es hora de hacer políticas valientes. Grande Fina Santiago en Balears, que anunció una 'renda social' sin esperar a que los burócratas de Madrid dieran el visto bueno. El Govern de Francina Armengol está actuando con diligencia y llevando la iniciativa, demostrando que cuando la ocasión lo requiere lo pueden hacer bastante mejor.
En Baleares va a ser muy duro, y es que el hecho de depender del turismo nos hace mucho más débiles y nos deja muchísimo más expuestos ante una crisis de estas dimensiones. Lo apostamos todo al turismo y perdimos. Por más que se empeñen los hoteleros, nada volverá a ser como antes. Es hora de reinventarse. Empiecen a pagar sueldos dignos a sus empleados. Preocupense del medio ambiente. Dejen ya de creerse invencibles. El turismo seguirá siendo el principal sostén de esta tierra, pero las reglas tienen que cambiar. Empiecen a entender que más no siempre es más. Y, por favor, dejen de atacar a la ecotasa y sean serios. Pongamos encima de la mesa una Agenda Verde consensuada y a largo plazo. Por no hablar de los propietarios de alquileres turísticos que después de años especulando a costa de ir echando a los habitantes de Palma ahora se encuentran con que igual tienen que volver a alquilar a mallorquines y a precios razonables.
Ahora más que nunca necesitamos un sector primario y secundario potentes para así poder diversificar nuestra economía y fortalecernos ante futuras crisis. Para ello es importante que los consumidores tengamos conciencia y consumamos productos de 'kilómetro 0'. Seguramente no sea tan barato como comprar en tiendas de ropa que fabrican en Bangladesh o en las grandes superficies de alimentación, pero valdrá la pena. ¿Les suena lo de Soberanía Alimentaria, que hace poco les hacía tanta gracia?
No va a ser fácil, y este cambio no va a ser a corto plazo, pero más vale que nos lo tomemos en serio porque posiblemente esto del coronavirus sólo haya sido un aviso de algo peor. No hace tanto teníamos fábricas de zapatos, de textil, de bebidas, o incluso grandes astilleros. Invirtamos en I+D y en tecnología y, por ende, en educación. Hagamos que nuestros jóvenes sueñen con ser ingenieros informáticos o ingenieros agrícolas durante todo el año en vez de camareros durante cinco o seis meses al año. Tenemos la oportunidad de reescribir nuestro destino y dejar de ser la ramera de los europeos.
Todo esto sólo lo vamos a poder empezar una vez que desde Europa nos ayuden económicamente para poder salir de este bache cuanto antes. Los autónomos, las pymes, los trabajadores y todas las personas no podemos esperar al Gobierno, al BCE y a la 'troika' de turno. Esta vez se pueden meter a sus 'hombres de negro' donde les quepan. Aquí tenemos alquileres que pagar, barreras que levantar, familias que alimentar y mucho trabajo por delante.
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