Anoche hice una excepción y me quedé a ver el programa “Equipo de Investigación” de La Sexta porque iba a tratar el tema de las criptomonedas. Aun sabiendo que era un programa sensacionalista dirigido a un perfil determinado de espectadores deseosos de morbo, me planto delante del televisor a ver el enfoque que se le da a un tema sobre el que existe un gran desconocimiento. Programas como este no hacen más que añadir más oscuridad de la que hay.
El programa no habla más que de pelotazos, especulación, estafas en la red, psicólogos advirtiendo de la adicción de invertir en criptos, ricos horteras que pagan chaletazos en Ibiza con bitcoin, Ferraris, Lamborghinis, borracheras, fiestas, etc. Acaba el programa con la policía entrando violentamente en casa de estafadores.
El mensaje es claro: bitcoin es malo, mantente lejos.
No informan de que la blockchain, cuyo máximo exponente es bitcoin, es una revolución que va a transformar la economía y el mundo jurídico a nivel mundial. Que su aplicación está transformando ramas concretas de actividad. Ni una palabra sobre la evolución de Internet que supone la blockchain que permite, por primera vez en la historia, la transferencia de valor de manera fiable y sin intermediarios. Ni que, aunque se diga que es anónimo y permite actividades ilícitas, el auténtico bitcoin es trazable y no ha venido a derribar gobiernos ni bancos.
Tampoco hace mención sobre que bitcoin apareció como una alternativa deflacionaria a las monedas fiat que llevamos en los bolsillos, cada vez más devaluadas por la elevada impresión de dinero y no soportadas por nada más que una frágil confianza en un sistema, débil de por sí. Que el dinero fiat genera un mercado negro de actividades ilícitas mucho mayor y que es un dinero que está basado en la deuda y se ha creado de la nada.
Es cierto que bitcoin es muy volátil, que está en un mercado incipiente y manipulado y que entrar a invertir en él tiene mucho riesgo pero eso es quedarse en la superficie de algo inmenso.
Pasé cuatro años trabajando en una televisión. Echo de menos una cadena que sea didáctica, objetiva y formativa. Que genere debate y reflexión y expanda la mentalidad crítica de sus espectadores. Pero bueno, sabiendo que al final los medios de comunicación son propiedad de cuatro familias con unos intereses determinados que pueden ver en bitcoin una amenaza, puedo entender el mensaje que se proyecta.
Un destello en la oscuridad del programa: Se entrevista a una mujer de 60 años de Barcelona que ha decidido formarse y se ha apuntado a un Máster online sobre criptomonedas. Como declara el formador del curso, él mismo ha tenido que aprender entrando en foros, escuchando voces acreditadas y leyendo documentación tecnológica. Afortunadamente, hay alternativas más didácticas que la televisión que hoy tenemos.
