Diana de la Cuadra, directora

El giro radical del ICIB bajo la nueva dirección: “Antes no se resolvían los expedientes”

Diana de la Cuadra ha emprendido una profunda transformación del ICIB
Foto: J. Fernández Ortega

Desde su llegada al frente del Institut d’Indústries Culturals de les Illes Balears (ICIB) en marzo de 2024, Diana de la Cuadra ha emprendido una profunda transformación del organismo. Falta de personal, expedientes sin resolver, ausencia de web y escasa visibilidad marcaron los primeros diagnósticos.

La luz entra por las grandes vidrieras de Can Oleo, un palacio reformado en pleno corazón de Palma que hoy acoge parte del latido cultural de Baleares. La sala de reuniones es imponente, techos altos, una mesa de más de diez metros de largo de madera noble, paredes que respiran historia y arte, y un eco que parece querer formar parte de la conversación. En este escenario, tan cinematográfico como institucional, recibe Diana de la Cuadra a mallorcadiario.com, directora del Institut d’Indústries Culturals de les Illes Balears (ICIB), un organismo clave para el desarrollo del sector cultural y creativo del archipiélago.

"Había convocatorias sin resolver, falta de personal, escasa visibilidad pública y un distanciamiento progresivo con el sector"

Desde que asumió el cargo en marzo de 2024, de la Cuadra ha emprendido una transformación silenciosa pero profunda. El ICIB, que nació hace más de cinco años con la ambición de estructurar y dinamizar la industria cultural balear, había acumulado varias deudas internas. “Había convocatorias sin resolver, falta de personal, escasa visibilidad pública y un distanciamiento progresivo con el sector al que debía servir” avanza la directora. Lo que encontró no era tanto un instituto como una estructura incompleta, sin músculo y sin voz, un simple esqueleto. Un proyecto con ambiciosos objetivos pero sin fuerza para alcanzarlos. 

Conversando con Diana de la Cuadra sobre la profunda transformación del ICIB
Foto: J. Fernández Ortega

Un año después, el panorama ha cambiado. Y no solo en los papeles. Nuevas líneas de ayudas, presencia real en festivales, diálogo fluido con los sectores culturales y un plan de acción con metas concretas dibujan el nuevo rumbo del ICIB. Y todo ello impulsado por una premisa clara, “primero debemos escuchar y después actuar” explica de la Cuadra. Con ella no solo se habla de subvenciones. También de reconstrucción, de confianza, de cultura viva. Esta es la historia de un instituto que ha dejado de ser un proyecto para convertirse, por fin, en presente.

ESCUCHAR AL SECTOR, ACTUAR EN CONSECUENCIA

El ICIB existía, sí, pero funcionaba como un esqueleto sin músculo”, confiesa de la Cuadra. Faltaba personal, no tenía página web, apenas existía una presencia institucional real y los expedientes se acumulaban sin resolver. “Había convocatorias que se lanzaban, pero que luego no se resolvían. Ni se contestaban. Literalmente”, explica.

"Estábamos gestionando una media de 70 expedientes por persona. No había estructura para sostenerlo"

Uno de sus primeros objetivos fue poner orden. Revisar expedientes desde 2019, aprobar las convocatorias de 2024 con rigor técnico y, sobre todo, abrir un canal real de comunicación con el sector cultural. “Estábamos gestionando una media de 70 expedientes por persona. No había estructura para sostenerlo. Ahora tenemos una plantilla reforzada y estable”, añade. En 2025, por primera vez, el ICIB contará con siete plazas estructurales y ya se han solicitado cuatro más.

El gran cambio ha sido el método. Actualmente el ICIB “escucha antes de decidir”. Reuniones sectoriales previas a cada convocatoria, comisiones técnicas con especialistas del ámbito cultural, y transparencia en los criterios de valoración de ayudas. “El ICIB tiene que ser flexible y empaparse de lo que pasa cada año en el sector. Las convocatorias de 2024 no se parecen en nada a las de 2023”, afirma.

Conversando con Diana de la Cuadra sobre la profunda transformación del ICIB
Foto: J. Fernández Ortega

Fruto de ese diálogo han nacido novedades como la inclusión de ayudas para videopódcasts y juegos de mesa. “El año pasado muchos proyectos de videopódcast se quedaron fuera porque no eran subvencionables. Este año hemos adaptado las bases para responder a esa demanda real”, explica. Lo mismo ha ocurrido con los juegos de mesa, que tras ser retirados, han vuelto tras la insistencia de nuevas empresas emergentes del sector editorial.

"Tenemos que fomentar la cultura más allá de Palma, en todas las islas y municipios"

Además, se ha creado una nueva modalidad para apoyar la programación escénica y musical desde las salas. No son ayudas directas a artistas, sino a programadores culturales, que a su vez contratan y dan visibilidad a los creadores locales.

UN ICIB QUE QUIERE LLEGAR A TODAS PARTES

Entre los grandes retos de esta nueva etapa figura la descentralización. “Tenemos que fomentar la cultura más allá de Palma, en todas las islas y municipios”, afirma. Para ello, se está desarrollando un Mapa de ayudas públicas que recogerá, en una sola herramienta, todas las subvenciones culturales disponibles según isla, disciplina y tipo de creador. “Será accesible a través de la web del ICIB, que por fin verá la luz en otoño. Sí, el ICIB no tenía página web hasta ahora”, señala con ironía.

Su experiencia como productora audiovisual ha sido clave para profesionalizar la gestión del sector. Uno de los hitos más celebrados ha sido la primera delegación conjunta del Govern y el sector privado en el Festival de Málaga. “Éramos treinta profesionales de Baleares. Lo que empezó como una visita para aprender ha sido un paso de gigante para colocar a Baleares en el mapa audiovisual nacional”, asegura con entusiasmo.

Diana De La Cuadra del ICIB posa junto al ventanal de Can Oleo
Foto: J. Fernández Ortega

"Ahora el sector sabe que tiene un interlocutor que escucha, que entiende lo que se le explica y que actúa"

Con la mirada puesta en 2027, el objetivo es ambicioso, y no es otro que el de lograr que Baleares sea la región invitada en el Festival. “Ahora el sector sabe que tiene un interlocutor que escucha, que entiende lo que se le explica y que actúa. Esa confianza antes no existía”.

FILM COMMISSION Y SOSTENIBILIDAD: DOS FRENTES ABIERTOS

Otro de los retos urgentes es dotar de estructura a la Islas Baleares Film Commission, un servicio del ICIB que, hoy por hoy, gestiona la propia directora de forma provisional. “Lo prioritario no es atraer más rodajes —que ya vienen—, sino asegurar que Baleares sea un territorio shooting friendly, donde se pueda rodar sin obstáculos”, explica.

Para ello, se están manteniendo reuniones con Costas, Tráfico, Delegación del Gobierno y ayuntamientos, con el objetivo de homogeneizar y agilizar los permisos. “El sector necesita seguridad y respuestas claras. No podemos permitirnos que se caigan rodajes por falta de coordinación administrativa”.

Diana De La Cuadra del ICIB entre sol y sombra
Foto: J. Fernández Ortega

En paralelo, el ICIB ha introducido planes de sostenibilidad en sus convocatorias. Por ahora no son obligatorios, pero sí valorables. “En producciones grandes como películas o series, se exige un compromiso medioambiental. Queremos ir implantando esta cultura en todo el sector, paso a paso”.

"Nos hemos propuesto que toda documentación presentada se revise en un máximo de un mes. Antes ni siquiera se contestaba"

Otro compromiso clave ha sido reducir los plazos de respuesta a los expedientes. “Nos hemos propuesto que toda documentación presentada se revise en un máximo de un mes. Antes ni siquiera se contestaba. Ahora hay respuesta, asesoramiento y acompañamiento”, subraya de la Cuadra.

En cuanto al apoyo a nuevos creadores, especialmente en formatos emergentes como los videopódcasts, la directora reconoce que queda trabajo por hacer. “Ahora no tenemos una estrategia formativa porque no hay personal suficiente, pero el objetivo está claro: profesionalizar a los nuevos creadores y atender a realidades como los videojuegos, la realidad aumentada o la cultura digital”.

LA MIRADA AL FUTURO DEL ICIB

Desde hace unos meses, el ICIB ha empezado a hacerse visible también en redes sociales, donde ya ha reunido una comunidad activa de profesionales y creadores. “No teníamos comunicación institucional. Ahora nos conocen, nos escriben, nos preguntan. Vamos a espectáculos, conocemos el terreno. Eso genera confianza”.

"Hay proyectos que antes no se presentaban a nuestras convocatorias porque no creían en ellas"

Y esa confianza empieza a notarse. “Hay proyectos que antes no se presentaban a nuestras convocatorias porque no creían en ellas. Ahora lo hacen. Nos cuentan que el cambio es evidente”.

Diana de la Cuadra habla con energía, con pasión, con conocimiento. Y, sobre todo, con una visión clara. El ICIB que dirige ya no es solo un ente burocrático. Es un proyecto en marcha que escucha, resuelve y construye. “Estamos todavía asentando las bases, pero el camino está trazado. Si seguimos de la mano del sector, podemos hacer grandes cosas. Y poner a Baleares, de verdad, en el centro del mapa cultural”.

Diana De La Cuadra del ICIB mirando al futuro a través de la ventana
Foto: J. Fernández Ortega
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