Olaizola debutará con un partido trampa porque la penosa clasificación del Almería, sólo un punto por debajo del Mallorca, se ha gestado en su nulo rendimiento fuera de casa, es uno de los tres equipos que no ha ganado ningún partido en sus desplazamientos, ya que en su feudo ha sido derrotado en una sola ocasión y, de hecho, quince de sus dieciocho puntos los ha sumado en el estadio de los Juegos del Mediterráneo. En cierta manera su trayectoria no deja de sorprender porque su plantilla no es peor que otras e incluso algo mejorada respecto a la temporada pasada con la incorporación de Fidel, procedente del Córdoba, si bien esta semana ha perdido a Dubarbier, definitivamente uno de sus activos más señalados. También llama la atención la gran diferencia de su rendimiento defensivo ante su afición respecto al que registra en campo ajeno. Un centro del campo desequilibrado, más creativo que destructor, explicaría tal circunstancia.
