Los autobuses de Palma se convierten, a partir de hoy, en los que ofrecen el peor servicio de España y el billete más caro del país. Así, sin paliativos, porque los rectores de la EMT por mucho inspector que manden y muchas encuestas que hagan no tienen ni idea de las necesidades de los usuarios.
Líneas pensadas con los pies, esperas de 30 minutos, trasbordos innumerables, conexiones absurdas… Todo esto y mucho más es en estos momentos el servicio que presta la EMT a los usuarios de Palma, a los que, además, les cobra, si no tienen tarjeta ciudadana, a precio de oro el trayecto.
En unos momentos de crisis, de aumento del paro, de congelación salarial, de recortes y de economía de supervivencia para muchas familias, llegan los responsables de la EMT, los que no viajan en autobús, y la empeoran y la encarecen.
Y yo me pregunto, ¿saben estos “gestores” que no todo el mundo tiene el mismo horario laboral? Tal vez desconocen que los que todavía tienen la suerte de tener un puesto de trabajo tienen jornadas continuadas, partidas, nocturnas, dominicales… ¿Y dónde están los autobuses? En las cocheras para ahorrar, mientras los ciudadanos tardan una hora en trayectos que en coche apenas si llegan a 10 minutos, por lo que no estaría de más que todo el Consistorio, con el alcalde a la cabeza, a partir de hoy, se desplace siempre en autobús y así comprenderán que lo que están haciendo no tienes ni pie ni cabeza.