Empiezan las rebajas

Mañana empiezan las rebajas oficialmente. Muchos consumidores aprovecharán para hacer sus compras y reponer prendas del armario. Los comerciantes podrán recuperarse parcialmente de un invierno tardío no todo lo bueno que cabría esperar en cuanto a las ventas y liquidar sus existencias. Aunque el consumo parece reactivarse lentamente, estamos lejos de la normalidad. Sin embargo, muchos comerciantes ya empezaron hace semanas sus propias rebajas extraoficiales, aunque sin utilizar la palabra rebajas. La picaresca lleva ahora el nombre de ofertas, descuentos, oportunidades, etc. Todo excepto rebajas para evitar infringir la legislación. Pero el efecto es el mismo: atraer compradores con precios sugerentes que estimulen el consumo.

La vigente normativa sobre el comercio se ha revelado completamente absurda, a la par que abusivamente intervencionista. Pretende acotar los periodos de rebajas pero cada comerciante, si quiere, se lo salta a la torera. Y al final sucede lo inevitable, que cada negocio debe competir con el resto y el consumidor opta por quien más le conviene, ya sea en precios bajos, ya sea en calidad del producto, ya sea en servicio y atención personalizada.

Una vez se ha comprobado la inutilidad de la normativa sobre periodos de rebajas, lo más beneficioso para todos, consumidores y comerciantes, lo mejor sería cambiarla y dar libertad absoluta para estipular las rebajas como mejor convenga a cada establecimiento, favoreciendo la libre competencia y sin obligar a los clientes a comprar más caro. No se entiende que si el sector servicios tiene libertad de precios, no suceda lo mismo en el sector del comercio. Debe ser el libre mercado quien fije los precios y la Administración debe limitar su papel a garantizar los derechos de los consumidores y usuarios pero sin intervenir en la política de precios de los establecimientos.