Ya ha llegado porque el calendario lo pone todo en su sitio. Y a mí, lo que me confunde es el verano.
Existen mil refranes que aluden a las bondades del verano. En cambio a mí me inquieta esta estación.
Me agobia esa obligación que existe a estar contentos, felices, ligeros y optimistas.
¿Es eso posible sólo dándole la vuelta a la hoja del calendario?
Se hace más duro sobrellevar malas épocas a altas temperaturas y rodeados de obligación por divertirte y ser feliz, sin más.
Esta es mi paranoia.
El verano es para los ricos. Cuando tienes por delante unas vacaciones sin preocupaciones. Para descansar y gozar. Cuando puedes darle a un off, para pasar al on un mes más tarde, descansado y ligero.
O para los niños.
Todo está cambiando, también para mí y mi verano.
Se están moviendo los conceptos en cualquier aspecto de nuestra vida: el mercado laboral, el mapa escolar, el aplauso a la Casa Real, la recepción en algunas prisiones …así que no me extraña tampoco que a este verano le esté costando llegar y lo haga tan cabreado.
Tengo una lista de momentos a aprovechar y disfrutar en verano, porque no puede ser que me pille a contrapié, cómo siempre.