En 2018, Baleares ha perdido dos puestos en el ranking de competitividad turística que elabora Exceltur. Según el informe que se ha conocido este jueves, la Alianza para la Excelencia Turística sitúa esta comunidad en el puesto séptimo de todo el país, con un notable retroceso respecto al anterior barómetro publicado en 2014. Ahora, Baleares es menos competitiva que el País Vasco, Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana o Andalucía, lo que implica una mayor dificultad a la hora de gestionar el modelo turístico.
Entre las conclusiones que saca en su informe, Exceltur destaca que el turismo no es actualmente una prioridad política -especialmente por parte de los gobiernos autonómicos, a los que reclama una mayor implicación-; también apunta a un retroceso en la coordinación de la política turística española, y a la falta compromisos temporales y presupuestarios en las estrategias turísticas. A ello, suma la menor promoción, el incremento de las cargas sobre los turistas y la falta de una normativa homogénea sobre viviendas turísticas. Este retrato refleja con bastante precisión el escenario en el que se encuentra Baleares y explica por qué esta situación se deja notar de forma tan acuciada en la competitividad turística de nuestra comunidad.
El análisis de Exceltur se ha elaborado sobre la base de 100.000 datos, las opiniones de más de 2.500 empresarios turísticos y 82 indicadores que miden la competitividad turística, por lo que sus conclusiones parecen contar con una solidez suficientemente contrastada. Es posible que gobiernos autónomos como el balear dispongan de otro tipo de información, pero en todo caso no harían mal en tomar nota de las recetas que prescriben quienes llevan muchos años en el negocio.
Sólo así sería posible combatir el panorama turístico para los próximos meses, donde se anuncia un cambio de ciclo, una desaceleración económica de los mercados emisores relevantes como Alemania o Reino Unido, la recuperación de destinos competidores y el escenario de incertidumbre que sobrevuela el panorama político. Baleares tiene fundamentos suficientes para enfrentarse a una coyuntura de este tipo, pero sería de gran ayuda la colaboración de la administración.