El trilingüismo otra vez a la greña
martes 18 de marzo de 2014, 19:34h
La consellera de Educació, Joana Maria Camps, ha tenido este martes un nuevo enfrentamiento con el diputado de Més Nel Martí por la cuestión del trilingüismo. Camps ha manifestado, con orgullo, que este objetivo es irrenunciable y lo será en la próxima campaña electoral. Por su parte, Martí le ha recordado el fracaso en la aplicación del TIL. Martí está en su papel a la hora de criticar con dureza a la consellera. Pero en realidad lo que hay que aplaudir es que últimamente la Conselleria ha optado por el camino de la moderación y ha hecho notables esfuerzos para superar la crispación que marcaron los años 2012 y 2013. El Govern del PP comprendió estaba pagando un alto coste electoral por esta indignación social que llegó a provocar la salida de cien mil personas a la calle en Mallorca, Menorca y Eivissa el pasado septiembre.
La cuestión de fondo, como se ha explicado repetidas veces, no es el trilingüismo. Todo el mundo está de acuerdo en obtener y ofrecer una buena formación de conocimiento del inglés. El problema fueron las formas que utilizó el Govern en sus dos primeros años. Tal vez fue la novatada de primerizos o la borrachera de poder inherente a la obtención de 35 diputados. El TIL se interpretó como un ataque frontal y directo al catalán más que una sincera fe en potenciar el aprendizaje de la lengua de Shakespeare. No se tuvo en cuenta que los profesores necesitaban un margen para prepararse. Y por encima de ello, tal medida se tomó desde la displicencia hacia un colectivo profesional de primera magnitud, con la profesionalidad y la vocación a flor de piel. El Govern no comprendió que lo primero que hay que ofrecer a los docentes es reconocimiento, afecto, cariño y comprensión. Se lo merecen. Y a partir de este reconocimiento, emprender con tacto las reformas respetando siempre la ingente obra desplegada por estos grandes servidores de la colectividad.
Ahora, por fortuna, llega la calma. Ya se puede hablar de trilingüismo y con sentido común. Es la manera de hacer las cosas en una sociedad culta y desarrollada.