Las familias de Baleares afrontan la vuelta al cole más cara de la historia en nuestra comunidad. La media de gasto por cada niño será de 406 euros si únicamente se contabiliza el desembolso destinado a libros, vestuario y material escolar. Si a estos gastos adelantados se añade el pago del comedor o de las actividades extraescolares, la suma asciende 2.000 euros al año por cada alumno.
La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Mallorca (FAPA) denuncia que muchas familias "tendrán que privarse de muchas cosas" para poder asumir este coste de la vuelta al cole, un coste que se ha venido encareciendo durante los últimos años al irse encadenando subidas paulatinas desde el 2019, cuando el gasto medio era de 369 euros.
La situación que se ve agravada por la escalada de precios generalizada que se viene registrando en productos de consumo masivo e inevitable, como son los combustibles o los alimentos, que se sitúan en niveles de récord y que permiten etiquetar a septiembre como un mes negro para las familias.
Los expertos aconsejan planificar todas aquellas compras que sean imprescindibles para el retorno a las clases, así como aprovechar más el recurso de la reutilización, sin descartar el intercambio de ropa, libros y material entre las familias, una opción que -siempre que sea posible- permite ahorrar notables cantidades de dinero.
La administración, por su parte, debería contribuir en mayor medida a aliviar la difícil situación por la que atraviesan miles de ciudadanos que ven limitado su particular margen de maniobra. Deducciones en la declaración de la renta como la que se aplica en Baleares -hasta los 220 euros por hijo en la compra de libros- son bienvenidas, pero es necesario atender en mayor medida y desde todas las administraciones la necesidad que tienen tantas familias. Se trata de que la pesada losa de setiembre no lastre las economías familiares comprometiéndolas para los meses venideros.
