Por tercera semana consecutiva me veo en la necesidad de abordar el mismo tema: los abusos de los que son víctimas los menores sujetos a custodia de nuestras administraciones.
Respecto a las semanas anteriores algo ha cambiado, ya sabemos el precio del metro cuadro de moqueta para nuestros responsables políticos, las tragaderas que tienen. Lo que se ha dicho, dice y dirá de la “Honorable” Consellera Fina Santiago supone tener una apego al sillón inaudito, pues cualquier “persona normal” ya se habría ido a casa avergonzada por lo que se le dice y que además, para desgracia nuestra, coincide con la realidad, vamos que es verdad. Que no se haga la distraída la Presidente Armengol pues en cualquier momento ese aquietamiento de sus supuesta subordinada le puede salpicar y se sabe cómo ha empezado pero nunca como acaba.
Estamos hablando de la misma persona que prácticamente acusó a quien fue Conseller de Salut, señor Sansaloni, -él si merece ser llamado señor- de asesino de Alpha Pam. Tema sobre el que la Justicia se pronunció, siempre demasiado tarde, exonerando de cualquier responsabilidad ;a dicho Conseller o cualquier otra persona. No se oyen las disculpas de la hoy Consellera por el odio que salió de su boca.
Nunca he tenido poder, humildemente siempre he trabajado en mi despacho y mi vocación de servicio público la canalice durante años a través del turno de oficio; servicio que dejé precisamente tras la defensa de un violador de menores, me dio tanto asco el tema que no me ví con coraje de continuar en esas defensas. Nunca voy a tener poder pues no tengo intención de dedicarme a la res publica bajo ningún concepto, que no me esperen que no estaré.
Imagino, no lo sé, que el poder debe ser adictivo y debes llegar a pensar que no hay vida más allá, que si el teléfono deja de sonar entrarás en pánico y que nadie está a tu altura como para ocupar tu silla. Debe ser tan grandioso el chute de adrenalina que recibe cada mañana la señora Santiago para soportar lo que se dice de ella en periódicos y redes sociales que no soy capaz de entender cómo le compensa, nómina aparte, que seguramente en ningún otro sitio le pagarían.
Y por la noche, en ese momento íntimo del desmaquillaje o lavado de dientes ante el espejo, en el que te enfrentas a tu rostro, a cada una de las arrugas y te ;miras a los ojos y piensas si ha sido un buen o mal día o si eres una pésima persona por haber encubierto abusos a menores sin haber ido al Juzgado de Guardia a denunciarlo hace ya años, ese sentimiento, a los que no tenemos los salarios de Conseller, simplemente no nos dejaría dormir. Ese momento íntimo de mirarte al espejo ves que has vendido tu alma al diablo por unos metros de moqueta, salario importante, coche oficial, invitaciones, viajes y otras prebendas quizás inconfesables y que las niñas víctimas de abusos ;no van contigo, nada tiene que ver ni con tu persona no tu gestión, incluso puedes llegar a pensar que algo harían, dejando obviamente al lado esas ideas que tú y tu partido defendéis pero no os aplicáis. Sólo se reprocha a la derecha.
Pero saben, entre tanta tiniebla hay luz, se ha puesto en contacto conmigo gente buena con ideas, proyectos para ayudar a esas víctimas a las que las administraciones han dejado tiradas. La solidaridad siempre aparece en los peores momentos y ahí me tendrán para ayudarles, albergo mucha más esperanza y mucha más ilusión que hace una semana pues la dejadez de Fina Santiago y sus conmilitones ha sacado lo mejor de muchas personas a las que no puedo dejar de admirar, por eso les puedo desear de nuevo que tengan un buen día.