El proyecto político que encarna Proposta per les Illes, El Pi, se ha visto reforzado tras el II Congreso balear y de Mallorca, celebrado días atrás, y en el cual ha sido reelegido como presidente de la formación por una abrumadora mayoría el veterano político y fundador del partido, Jaume Font. El Pi ha logrado penetrar en las instituciones y ejerce allí una labor de oposición constructiva, que la ciudadanía valora y aprecia, alejada de estridencias y de teatralizaciones que no llevan a ningún lado y que restan seriedad a la dura tarea de controlar al gobierno y ejercer de oposición.
El Pi ocupa un segmento pequeño del electorado, que se define como regionalista, con un discurso cada vez más combativo y crítico con el Gobierno central por la financiación de la comunidad autónoma. Sin embargo, en los últimos tiempos los de Jaume Font y Josep Melià se han destacado por su defensa a ultranza del alquiler vacacional, con posturas netamente liberales, pero que en otros lugares de Balears, como Ibiza, los mismos representantes de El Pi no lo defienden y propugnan todo lo contrario. Son este tipo de detalles los que la gente de Proposta per les Illes debe mejorar, pues cuesta entender estas divergencias programáticas en una formación política.
Pero al margen de esto, hay que reconocer la buena labor que llevan a cabo los representantes de El Pi en instituciones como el Consell de Mallorca y el Parlament de les Illes Balears, con una predisposición al acuerdo, una crítica moderada y una actitud constructiva.