No perdamos el tiempo en darle vueltas a las cosas: cuando una persona está en el paro, cuando no tiene empleo, cuando no llega a final de mes porque las ayudas no bastan, no hay nada que pueda convencerle de que las cosas van bien. El paro y el temor a acabar en el paro son las cuestiones que marcan definitivamente la campaña electoral en España y en Baleares. Y el Instituto de Estadística acaba de dar el dato decisivo: 25 por ciento de la población activa de Baleares está en el paro, 144 mil personas. Da igual que estén o no en el INEM, que tengan o no un curso; son parados. Al lado de esto, nada cuenta. ¿Tren a Santanyí? ¿Defensa del idioma -del que quieran, que tanto da? ¿Carril bici? ¿Aprobación de la Ley del Buen Gobierno? ¿Viviendas sociales? ¿Aparcamiento de Son Espases? El paro y el temor a caer en el paro son los verdaderos tsunamis que arrasan en esta campaña electoral y que convierten en superfluos los esfuerzos de nuestros políticos por explicarnos qué hacer, qué decir, qué pensar, qué votar. Podrían irse de vacaciones unos días que ya no convencerán a nadie. Los ciudadanos puede que no sepan a favor de qué van a votar, pero sí tienen clarísimo en contra de qué. El paro y el temor a caer en el paro. Y eso es lo que marca las próximas elecciones de forma irreversible.
