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El Palau de Congressos, un buen negocio para Palma

lunes 30 de abril de 2018, 22:00h

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La sociedad Palacio de Congresos de Palma, formada por el ayuntamiento de la ciudad y el Govern balear, ha ingresado algo más de 3,3 millones de euros por el alquiler del edificio en su primer año de funcionamiento. La liquidación supera lo previsto debido al incremento del número de actividades que ha desarrollado Melià Hotels International, arrendatario del complejo, ya que una parte de lo que abona es por rentas variables en función de los eventos y actos organizados.

El dato confirma la buena acogida de la infraestructura, así como la acertada gestión de quienes en octubre de 2016 resultaron adjudicatarios. Melià ha sabido sacar partido al mayor centro de convenciones existente en Balears, con una de las mejores localizaciones urbanas del Mediterráneo y a pocas horas en avión de los principales destinos europeos. El Palau cuenta además con un singular diseño de Patxi Mangado que ya es un emblema del Passeig Marítim de Palma, reconocido con el Premio Nacional de Arquitectura en 2017.

El proyecto ha cumplido este mes de abril el primer año de funcionamiento, después de haber sufrido un larguísimo proceso de construcción, no exento de problemas y contratiempos, que conoció cuatro alcaldes diferentes al frente de Cort y que supuso una inversión pública de 107 millones de euros. Una vez superado el proceso, ya en este primer año de actividad, el Palau de Congressos ha tenido una gran acogida en el mercado turístico de congresos y eventos, convirtiéndose rápidamente en una referencia europea del sector.

El complejo cumple, así, con el ansiado objetivo de atraer un turismo de alto poder adquisitivo y alargar la temporada en los meses de menor llegada de turistas, proporcionando negocio, no sólo al hotel anexo, si no a muchos otros establecimientos hoteleros y de servicios.

Con las cifras conocidas este lunes, el Palau de Congressos se revela no sólo como un gran activo para la economía de Palma y de Balears, sino también para las arcas públicas. Su actividad es un buen negocio para el Govern y para Cort, quienes a finales de 2018 ya habrán ingresado más de 4,4 millones por su alquiler.