Las prisas por acabar con una selección como España, por enterrar a Messi o por cuestionar el modelo de Brasil han atizado el Mundial a poco de empezar, con el calendario todavía en cueros y algunos equipos por debutar. En el fútbol moderno, el de Twitter y las redes sociales, todo va a tal velocidad que los análisis curados ya son algo de la protohistoria. Si Messi hace un par de arrancadas sin éxito en la primera parte ante Bosnia es que su fin está cerca; si marca un gran gol tras el descanso…
Este Mundial, el primero que realmente se abraza a las nuevas tecnologías, va a dejar muchos cadáveres por el camino, pero ha tenido la bondad, al menos, de empezar con buen fútbol por momentos y goles, muchos goles. Falta por ver si el recorrido de España es largo o si volveremos a tener ese viejo estigma de equipo perdedor en grandes citas que nos acompañó siempre. No me creo que haya fin de ciclo, por más que la goleada ante Holanda así lo indique. Veremos.