La posibilidad de que el Govern de Francesc Antich exija el nivel C de catalán a todos los trabajadores de la sanidad pública, incluidos médicos y profesionales de Enfermería, ha creado un gran revuelo en el sector y provocado opiniones para todos los gustos, desde los que aseguran que es una política suicida hasta los que afirman que sería, sin ninguna duda, el golpe de gracia para la sanidad balear. Afirman en medios hospitalarios que la medida no sólo provocaría una conflictividad sin precedentes sino que, además, la fuga de profesionales pasaría a ser imparable y difícil de arreglar, ya que con el nivel C de catalán sólo los hay en Cataluña y los buenos ya están trabajando en los hospitales catalanes. Por eso, nadie entiende una medida de este tipo, que de llevarse a efecto pondrá a todos los sanitarios nuevamente en la calle o le costará el sillón del Consolat a Francesc Antich.
