El mal humor que gasta últimamente el conseller de Salut, Vicenç Thomàs, puede deberse, según cuentan muchos facultativos, a que está viendo como se le hunde la ‘joya de la corona’; es decir, que su ‘gran hospital’, el millor d’Europa le está dando muchos problemas y quebraderos de cabeza y no hay día en el que no aparezcan nuevas incidencias y deficiencias, que no son menos ciertas porque no vean la luz. Cada vez son más los médicos que están comparando el traslado del Hospital La Fe de Valencia con el de Son Espases, en el que nuestro hospital de referencia sale perdiendo por muchos puntos, posiblemente, como señalan, porque el conseller de la Generalitat lo ha realizado con criterios sanitarios y no políticos; no ha puesto plazos, no ha tenido prisa por inaugurarlo y ha ordenado todos los retrasos que ha considerado necesarios. Lo mismo que Thomàs. Y Son Espases, que iba a ser su mayor logro de la legislatura, se está convirtiendo en su mayor problema, tan grande que más de uno me ha contado la misma historia: Cada vez son más los componentes del grupo de sanidad del PSIB-PSOE que se muestran contrarios a la gestión de Thomàs, de quien dicen que está “completamente tocado”.
