La investigación iniciada por el Ib-Salut en el Servicio de Traumatología del Hospital de Inca se ha convertido en un hervidero de rumores. A falta de una información oficial, circulan versiones para todos los gustos y de diferente color, desde los que aseguran que el tema quedará archivado, porque no hay irregularidad alguna, hasta los que afirman que ya han visto a miembros de la Fiscalía en el servicio. Estos rumores, que afectan gravemente a la credibilidad de las personas y en especial al jefe del Servicio, Antoni Bennàsar, especialmente por ser el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Baleares, vienen provocados por el silencio oficial. Hace un mes que se inició la auditoría o control de calidad o investigación, o como le quieran llamar y nadie sabe absolutamente nada, mientras todo el mundo habla del tema y asegura saber de “buena tinta” lo que está sucediendo, algo que podría evitarse si se hablase claro y se diesen a conocer los resultados de esta inspección. Las acusaciones han sido varias y muy graves, por lo que cuanto más tiempo pase peor para el hospital y para los que trabajan en ese servicio, algunos de los cuales afirman por todos los foros que todo obedece a “una venganza” y apuntan directamente al subdirector asistencial de Atención Primaria, Fernando García Romanos, por sus anteriores enfrentamientos con el doctor Bennàsar, a cuenta del funcionamiento del Colegio de Médicos, de forma que ya son dos los grandes perjudicados por esta historia, en la que cada día aparecen más nombres y más motivaciones. Y si ha existido una venganza, la verdad es que por lo que algunos afirman y lo hacen con muy buenos argumentos, ha partido de otro lugar y tiene mucho más que ver con la política que con los problemas colegiales. Por eso, es urgente que esta situación se aclare, para bien o para mal, de una vez por todas.
