Me cuentan que el director general de Son Espases, Luis Carretero, está desbordado por los problemas que aparecen día sí y día también en el hospital, que las quejas a su despacho no paran de llegar y que su única respuesta es que el personal tenga paciencia, porque las cosas no se arreglan de un día para otro. No obstante, la situación en algunos servicios está tan tensa que la paciencia se ha terminado, que los trabajadores no quieren seguir trabajando en esas condiciones y que se están planteando firmar un documento en el que eluden cualquier responsabilidad provocada por el mal funcionamiento de las instalaciones. Hay quien asegura que Carretero está a un paso de la baja por estrés y ansiedad, que está cansado de hacer de ‘apaga fuegos’ mientras otros callan y que de seguir las cosas hasta podría tirar la toalla.
