La reciente destitución del gerente del Hospital de Inca, Federico Álvarez, ha provocado numerosísimas especulaciones en el entorno sanitario, porque más de uno había asegurado que era “intocable” por su relación con el gerente del Ib-Salut, Juan José Bestard, pero su cese pone fin a esta teoría. Dicen las fuentes oficiales que todo se debe a una falta de entendimiento entre el ya exgerente y el Servicio de Salud, pero las extraoficiales van mucho más allá y hablan de un desencuentro total. Aseguran que Federico Álvarez, pese a los problemas del hospital, el descontento de buena parte de la plantilla con su gestión y los problemas generados en determinados servicios, era un “peso pesado” en el organigrama, algo que no ha sido así. Las especulaciones son muchas y muy numerosas y nada halagüeñas para el doctor Álvarez, y detrás de esa “falta de acuerdo” se esconden situaciones mucho más serias.
