Desde que se hizo público el sobrecoste de Son Espases y se confirmó que la “montañita” para disminuir el impacto visual en el Monasterio de La Real le había supuesto 2,4 millones de euros a las arcas públicas, el hospital es un clamor popular a favor de la apertura de una investigación que arroje luz sobre todo este tema. Las cuentas de Son Espases, como decía ayer mi compañera, deben salir a la luz, porque más de uno cree que la situación puede suponer, incluso, la intervención de la Fiscalía y hay quien asegura que se han malversado fondos públicos por falta de previsión. Se cuenta que el diseño del salón de actos, con grandes ventanales, ha obligado a insonorizar este espacio. Miles de euros que no hubieran sido necesarios si se hubiera tenido en cuenta la importancia del ruido exterior, del mismo modo que se cuenta que en una sala destinada a la instalación de un TAC, terminada, debidamente emplomada para evitar las radiaciones y completamente lista para la instalación del aparato, cuando llegaron los técnicos de Alemania con el TAC se encontraron con que no entraba, de ninguna manera, por la puerta, por lo que hubo que abrir un boquete para meter la máquina y acto seguido volver a reconstruir lo destrozado, un arreglo que, según se cuenta, costó la friolera de 300.000 euros. ¿Y el Millenium? Los profesionales cuentan y no acaban y señalan con el dedo a personas con nombre y apellidos como los culpables de este sistema informático que, en su opinión, es el menos adecuado y el peor que se podía haber elegido. ¿Y qué me dicen del parking? Cerrado desde febrero, es de suponer que la concesionaria está perdiendo mucho dinero, pero el silencio es total. ¿Qué está pasando? ¿Ha habido contraprestaciones? Muchas incógnitas que obligan a la puesta en marcha de una investigación exhaustiva de manera urgente.
