Poco fútbol pero lo suficiente para traer tres puntos vitales de cara a la recta final de la temporada. Y es que el Mallorca se acercó con peligro a la portería del Numancia en dos ocasiones, y las dos acabaron en gol. Efectividad ante la falta de creación.
El Numancia tenía ante si la posibilidad de atacar los puestos de promoción, pero la necesidad del Mallorca de alejarse del descenso, pudo más a la hora de terminar las ocasiones.
La mayor parte del partido fue aburrido, insulso y falto de juego creativo, pero cuando tienes a Marco Asensio en tu equipo puede pasar que se saque de la chistera un extraordinario pase que Javi Ros no desperdició. Era el minuto 15 de partido y las cosas se ponían muy de cara para el conjunto de Miquel Soler. No duró mucho. Un minuto. En el mismo saque de centro el Numancia consiguió el empate obra de Julio Álvarez, que viniendo desde atrás envió a gol un balón que dejó muerto Sergi Enrich en semifallo.
A partir de ese momento desapareció el fútbol, y tan solo el Numancia generó alguna ocasión de gol clara, que Miño, que este sábado ocupó la portería bermellona, desbarató con buenas actuaciones.
El descanso tampoco consiguió cambiar el guión y el Numancia siguió siendo el equipo que dominabba, aunque sin mucha contundencia, el partido.
Tuvo que ser un nuevo pase magistral de Javi Ros al desmarque de Xisco, junto al error defensivo local, que el delantero mallorquinista no desaprovechó y convirtió en gol con una perfecta vaselina ante la salida del portero local.
Era el minuto 78 y hasta el final, el Numancia lo intentó en un par de ocasiones sin certificar ninguna de ellas. Tan solo destacar la tarjeta roja que vio Xisco, que le impedirá jugar el próximo encuentro.