La 'otra liga' del Mallorca ante equipos de la zona baja no pudo empezar peor, la derrota en Alcorcón hunde al Mallorca en la clasificación
Cuando Alcorcón y Real Mallorca saltaron al terreno de juego de Santo Domingo, cada uno con sus urgencias clasificatorias, nadie podía imaginarse que el miedo a perder superara absolutamente al deseo de victoria.
Dos equipos muy planos ofrecieron una primera parte muy pobre, ni amarillos ni bermellones fueron capaces de crear juego y en consecuencia de tener ocasión alguna de gol.
Ni unos ni otros parecían jugarse nada y es que ambos evidenciaron plenamente sus carencias goleadoras.
El Mallorca de Olaizola fue el previsto y previsible, es decir, un equipo con línea de cuatro atrás en defensa tratando de cerrar toda línea de pase posible y achicando espacios para evitar las aproximaciones de los locales. Ya dijo en la previa el entrenador mallorquinista que el primer paso para intentar ganar un partido era mantener la portería propia a cero.
En el centro del campo ni Yuste ni Culio se hicieron dueños del juego porque se jugó más en largo y al pelotazo que de otra manera; en las bandas faltó velocidad y profundidad y por lo gtanto los delanteros no tuvieron opción de nada.
Así se llegó al descanso tras el que no hubo cambios en ninguno de los dos equipos.
Ya en la segunda parte, las cosas empezaron como tantas veces le pasa al Mallorca, el equipo sale dormido del descanso y a la primera gol y a jugar a remolque una vez destrozado el argumento inicial, el de mantener la portería a cero. El Mallorca vuelve a cumplir con uno de sius principales defectos, el de salir tras el descanso dormidos y encajando un primer gol que da al traste con todos los planes.
El gol de Owona en el minuto 47 golpeó a los jugadores mallorquinistas donde más les duele, en el aspecto anímico, aunque una gran jugada de Salomao acaba con un mal remate de Lago Junior cuando el empate parecía cantado. Fue un indicio de reacción.
Tras esa jugada volvió el juego insulso y con una intensidad muy inferior a la que requiere una situación de estas características. El técnico Javier Olaizola comenzó a pensar en soluciones y puso a calentar al delantero Lekic.
Moutinho lo intentó a balón parado y en segunda jugada tras un córner, pero al Mallorca marcar un gol le cuesta un mundo.
Los bermellones trataron de hacerse con la posesión del balón con la intención de jugar en campo amarillo, pero al Mallorca no solo le falta gol, le faltan también precisión y ritmo de juego. A medida que avanza la segunda parte es un querer y no poder ante un Alcorcón que empezó a limitar su juego encerrándose atrás para defender el 1-0 del marcador.
La impotencia empezó a apoderarse del Mallorca que hizo su primer cambio a los veinte minutos de la segunda parte. Lekic entró por un apagado Lago Junior.
Pero el equipo mallorquinista se fue dilutyendo minuto a minuto, contrariamente a lo que se pudiera esperar, fue el Alcorcón el que tuvo más llegada ante un Mallorca deprimido como su entrenador que no da crédito a lo que ve.
Aún así el equipo no se rine pero la falta de calidad que evidencian jugadores como Lekic en un remate claro, son jugadas que van minando al equipo que cada vez nota como las fuerzas flojean. Solo Salomao llega con claridad pero después la capacidad de remate a portería es nula.
El segundo cambio, de caracter ofensivo pues entró Pol Roigé por Company, llegó demasiado tarde.
Al Mallorca solo le queda un milagro o que Mirandés, Rayo Vallecano, Almería, Cordoba y alguno más, le echen una mano divna
La derrota por 1-0 en Alcorcón solo deja, para los más optimistas, el golaverage particular a favor del Mallorca con el equipo madrileño.
