Las batallas y movidas accionariales no se limitan a los dos bandos en conflicto en el Real Mallorca SAD. Dentro de cada trinchera hay a su vez movimientos y algún codazo en las costillas.
Así en el equipo de Serra todo el mundo es consciente que el inversionista profesional Sr. Classen va a reclamar su cuota de protagonismo una vez aumentada su participación en la propiedad del club. Su legítima ambición pasa por un mayor protagonismo social y público, aspiraciones que por una parte no van a molestar a Serra Ferrer quien seguirá con su poder absoluto deportivo, y además no parece que Cladera está por la labor de pelearse a tortazo limpio para continuar presidiendo el Palco.
Por parte del Director General del Club hay mutismo absoluto. Todos estos factores permiten adelantar quizás un relevo en la presidencia, otra cosa es la opinión de la afición sobre si sentirá representada por el exmandatario del Hannover, pero hace tiempo que se prescinde de lo que opinen o sientan los aficionados.
Eso si, ya sean guerras internas o externas el código sagrado no se altera, bajo ningún concepto se va a invertir capital en la caja social del club.
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