El Govern no para de argumentar los retrasos en sus pagos se deben a que tiene un problema de tesorería. Naturalmente, no le cree absolutamente nadie. Sobre todo porque todos también escuchamos a la ministra de Economía, Elena Salgado que es más crítica. En realidad, el Govern lo único que no tiene es un problema de tesorería. Los problemas de tesorería significan que hay dinero, que el Presupuesto cuadra, que vamos a gastar e ingresar básicamente lo mismo, pero que justamente en un momento concreto no ha entrado aún lo que hubiéramos necesitado para hacer frente a esos pagos. Eso es un problema de tesorería, un descubierto, resultado de que ha habido más gastos que ingresos en ese momento concreto pero que, en un tiempo máximo de un año, que rara vez es necesario, aquello se reequilibra. Pues bien, nada de eso. Como desafortunadamente admitió el presidente Antich en su comparecencia en IB3, para discutir sus políticas ante el candidato del PP, aquí hay pagos que llevan ya dos años pendientes o, lo que es lo mismo, no están esperando que cuadre la tesorería sino a que ocurra un milagro.
